lunes, 22 de diciembre de 2025 02:18
En el corazón de las fiestas marianas, cuando miles de fieles llegan a Catamarca para encontrarse con la Virgen del Valle, hay un grupo de jóvenes que sostiene el servicio cotidiano con entrega y vocación. Los Servidores Marianos acompañan a los peregrinos desde distintas áreas, brindando orientación, asistencia y contención espiritual. Su tarea, marcada por la fe y el trabajo en equipo, refleja una forma concreta de vivir la devoción mariana en comunidad. En esta entrevista dialogamos con Emanuel, quien a través de su testimonio refleja una fe joven, activa y comprometida, que se expresa en el servicio cotidiano y en el acompañamiento sincero a cada peregrino que llega a Catamarca.
PV: ¿Quiénes son los Servidores Marianos y cuál es su misión?
Emanuel: Los Servidores Marianos somos un grupo de jóvenes que estamos al servicio de nuestra Madre del Valle y de los fieles que llegan durante las fiestas marianas a nuestra provincia. También participamos en los eventos en los que se nos requiere dentro de la Catedral Basílica. Nuestro trabajo se organiza en cinco grandes áreas: Sanidad, Guías, Espiritualidad, ACMA y Juniors. Nuestra misión es recibir al hermano peregrino que llega a los pies de nuestra Madre y brindarle una buena atención, orientación y, sobre todo, acompañarlo en su devoción.
PV: ¿Cómo nace el compromiso personal de ser servidor mariano?
Emanuel: El compromiso nace como un llamado al servicio. En algunos casos surge desde una experiencia personal de fe y, en otros, simplemente desde el deseo profundo de ayudar y servir. Nos identifica mucho nuestro lema: “No he venido a ser servido, sino a servir y dar la vida”, que resume lo que sentimos y vivimos como servidores.
PV: ¿Qué tareas realizan durante las procesiones y fiestas marianas?
Emanuel: Las tareas son muchas, pero principalmente trabajamos desde las áreas de Sanidad y Guías.
Sanidad se encarga de la distribución de agua durante las misas, de brindar primeros auxilios y de acompañar las procesiones con equipos y camillas.
Guías realiza un trabajo de guía turística religiosa, señalizando los puntos religiosos de la provincia, colocando carteles indicadores durante las misas y formando el cordón de seguridad alrededor de la imagen durante las procesiones.
PV:¿Qué significa servir en un contexto social atravesado por dificultades?
Emanuel: Es una pregunta compleja. Hoy el contexto social muchas veces no comprende que la Iglesia necesita de los jóvenes y que los jóvenes también necesitan de la Iglesia. A veces somos juzgados por lo que hacemos y por cómo trabajamos, pero aun así seguimos adelante, convencidos de nuestra misión.
PV: ¿Cómo se vive el trabajo en equipo dentro del grupo?
Emanuel: Como movimiento, el trabajo se vive con amor y devoción. Todos ayudamos a todos: desde el que recién empieza hasta el que lleva años en el grupo. No hay diferencias; trabajamos de la misma manera y lo hacemos como si fuera la última vez, dando siempre lo mejor.
PV: ¿Qué lugar ocupa la Virgen del Valle en la vida cotidiana de ustedes?
Emanuel: Esta pregunta llena el alma. La Virgen del Valle ocupa todo en la vida cotidiana de cada uno de los miembros del grupo. Para nosotros, ella lo es todo.
PV:¿Qué mensaje le darían a quienes ven el servicio mariano desde afuera?
Emanuel: Les diríamos que se animen, que vengan y prueben una de las mejores experiencias de sus vidas. María, Madre de Dios, los está esperando y los está llamando a ser parte de sus hijos más cercanos.
PV:¿Qué mensaje dejan para estas fiestas?
Emanuel: Nuestro mensaje es que vivan con fe, que amen como María amó a su Hijo, y que el nacimiento de Jesús los llene de amor y bendición.
EN FOCO
El servicio mariano demuestra que la fe no se queda en las palabras ni en los gestos solemnes, sino que se vuelve acción concreta. En cada joven que acompaña, orienta o asiste a un peregrino, la devoción a la Virgen del Valle se transforma en cuidado, presencia y compromiso comunitario.
En un contexto donde muchas veces los jóvenes son cuestionados o subestimados, los Servidores Marianos expresan otra manera de habitar la fe: con entrega, trabajo en equipo y amor por el otro. Su tarea silenciosa recuerda que servir también es una forma profunda de construir una comunidad con esperanza.