Según relató, el joven había viajado a Venezuela para visitar a su esposa y su pequeño hijo, pero fue arrestado sin motivos claros, sin acceso a defensa legal y sin contacto con su familia. “Cuando el presidente Milei se unió con Trump, pensé que Maduro podía tomar represalias contra Nahuel. Ese es mi mayor miedo. Es muy duro”, expresó con angustia en una entrevista televisiva.
El reclamo familiar tomó dimensión internacional esta semana luego de que el presidente Javier Milei denunciara ante la Asamblea General de las Naciones Unidas la “desaparición forzosa” del gendarme y exigiera su inmediata liberación. Desde Nueva York, el mandatario instó a la comunidad internacional a intervenir en el caso, argumentando que se trata de una violación grave a los derechos humanos y a los principios básicos del derecho internacional. La situación generó un fuerte cruce diplomático entre Argentina y el régimen de Nicolás Maduro.
Heredia agradeció el respaldo oficial, pero sostuvo que la familia vive una situación límite desde hace casi diez meses. “Estamos con una tristeza profunda. Hace 290 días que mi hijo no está. Nosotros contamos los días, las horas. Es una tortura”, relató. La última señal de vida fue una foto recibida a comienzos del año; desde entonces, no volvieron a tener novedades. En su desesperación, se comunicó con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich quien, según contó, le pidió tranquilidad y aseguró que el gobierno trabaja en el caso, aunque sin detalles.
El contexto internacional vuelve aún más tensa la situación. El reciente despliegue de una flota estadounidense en aguas del Caribe, muy cerca de Venezuela, reavivó los temores de la familia Gallo. “Me desesperé y llamé a la ministra. Lo único que me dijo fue que me quede tranquila”, señaló Heredia, quien cree que la cercanía política entre Milei y Trump podría haber puesto a su hijo en una situación vulnerable. “Ojalá Dios quiera que me esté escuchando de alguna forma”, dijo entre lágrimas.