Día 648: Milei no aprende, no cambia y no podrá

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Raúl Alfonsín sintetizó el fracaso de sus últimos dos años de gobierno con una frase: “Lo que no supe, lo que no pude, lo que no quise”. En el caso de Javier Milei, parafraseando a Alfonsín, podríamos decir, lo que no aprende, lo que no cambia y lo que no podrá.

En su vacío discurso en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) frente a una sala vacía, el Presidente volvió a criticar a los políticos, con los que luego tendría que acordar para poder llevar adelante sus leyes, como responsables del atraso. Sigue dando discursos como cuando era candidato, criticando lo que ahora él mismo es parte.

Milei no aprende a ser presidente, no puede dejar de ser candidato, no podrá nunca ser político y la presidencia de un país es un cargo político.

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Las poco fundadas esperanzas que había despertado el discurso tras la derrota bonaerense, en el que se proponía negociar codo a codo con diputados y gobernadores, quedaron totalmente sepultadas por el mismo Milei de siempre que parece no haber aprendido nada de la derrota sufrida y no habría que descartar que se encamina probablemente a otro desastre electoral el próximo domingo 26 de octubre.

«Los políticos sacrifican el futuro en el altar del presente, porque consumir el capital acumulado genera bienestar momentáneo y ese bienestar momentáneo genera votos. A cambio, está sacrificando un futuro de mayor crecimiento, haciendo que la riqueza acumulada sea cada vez menor en el tiempo», expresó Milei en la ONU. Y agregó: «La mayor manifestación de eso es aquellos países que muestran una orgía de aumento de gasto público, ya que el Estado no crea riqueza sino que la roba y la destruye».

Decimos que Milei no puede dejar de ser candidato, de criticar lo “que hacen los políticos”, como si él no fuese un político. Se siente cómodo en el lugar desde afuera del sistema político, pero ya no es alguien ajeno: es el presidente de un país hace ya dos años. Además, decimos que no aprende porque dice lo que dijo siempre, pero luego de estos dos años de gobierno no puede entender que eso está criticando es exactamente lo que él mismo hace.

¿Quién pide préstamos con el mismo objetivo para sostener artificialmente números de inflación y cambiario que den una imagen de estabilidad con el único objetivo de ganar unas elecciones de medio término perjudicando a generaciones futuras que ya fueron endeudadas por miles de millones de dólares? ¿Quien se devora el futuro no solo endeudando a las futuras generaciones sino además se consume el ahorro legado de las generaciones anteriores en forma de infraestructura o sea inversiones pasadas que gastamos en el presente? Usted, Presidente, ¿no lo ve? ¿No se da cuenta?

En otro momento de su discurso, planteó algo también muy llamativo. Milei se comparó con el presidente Donald Trump y celebró que esté realizando «una reestructuración sin precedentes de los términos del comercio internacional» y «llevando adelante una limpieza de la captura institucional del Estado americano», en el que aseguró que se «infiltraron facciones de izquierda que atentaban contra reformas».

Milei dice que el sistema de comercio global estaba perjudicando el entramado industrial de Estados Unidos y elogió la política comercial de Trump para combatir este fenómeno. Es decir, elogió el proteccionismo de Trump. Además, dijo que él tiene la misma política, nada más alejado de la realidad. El Presidente abrió las importaciones, quitó aranceles y efectivamente está dañando nuestro entramado industrial.

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Según diferentes informes como el presentado por la Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino, cerraron más de 16 mil pymes desde la asunción de Milei. En 2024, la producción industrial se desplomó un 9,4% interanual, una de las caídas más pronunciadas desde 2002. En 2025, la tendencia negativa continuó, con una baja acumulada del 3% en la producción industrial.

El empleo industrial también se vio afectado, con una pérdida de 39.000 puestos de trabajo entre 2024 y 2025. Además, el uso de la capacidad instalada alcanzó su nivel más bajo desde la pandemia, situándose en un 58,8% en junio de 2025. Habrá que ver si Trump logra lo que se propone que es reindustrializar su país pero lo cierto es que busca lo contrario.

¿No es consciente el Presidente de que su discurso a la asamblea de la ONU fue una contradicción tras otra? Probablemente este sea un caso de disonancia cognitiva.

La disonancia cognitiva fue formulada por Leon Festinger en A Theory of Cognitive Dissonance (1957). Allí sostiene que “la existencia de una disonancia psicológica es tan incómoda que las personas se ven obligadas a reducirla del mismo modo que reducirían el hambre o la sed”. Esta incomodidad surge cuando las cogniciones -entendidas como creencias, actitudes, valores o conocimientos- entran en conflicto entre sí. El individuo percibe una fractura en la coherencia de su sistema mental, y esa fractura genera malestar.

Festinger afirma que “cuando hay disonancia, además de intentar reducirla, la persona tenderá a evitar activamente las situaciones y la información que podrían aumentarla”. Es decir, no solo buscamos recomponer la coherencia, sino también protegernos de lo que pueda intensificar la contradicción. Esta tendencia se convierte en una fuerza poderosa para moldear nuestras decisiones y nuestras percepciones de la realidad.

Elliot Aronson amplió la teoría subrayando que la disonancia es especialmente aguda cuando afecta a la autoimagen: “La disonancia cognitiva no surge de cualquier inconsistencia, sino de aquellas que amenazan el concepto de uno mismo como persona racional, competente y moral”. En otras palabras, no toleramos pensar que somos incoherentes, y por eso elaboramos mecanismos de ajuste, aunque sean ficticios.

Festinger también describió las vías de reducción de la disonancia: cambiar la conducta, modificar las cogniciones o añadir nuevas cogniciones que actúen como justificación. Ese tríptico se ha convertido en una de las explicaciones más influyentes de cómo los seres humanos gestionan contradicciones internas.

Como concluye Eddie Harmon-Jones: “La teoría de la disonancia cognitiva sigue siendo uno de los pilares de la psicología social porque muestra que los individuos no buscan la verdad objetiva, sino una coherencia subjetiva que preserve la integridad de su yo”.

En suma, la disonancia cognitiva no es un accidente del pensamiento, sino un mecanismo estructural: el recordatorio de que la mente humana se esfuerza menos por alcanzar la verdad que por conservar la sensación de consistencia.

Volviendo al discurso de la ONU, llama la atención la caída del interés por lo que Milei tenía para decir. En su discurso de 2024, la sala fue más concurrida que la de ayer, con líderes dispuestos a escucharlo. Milei era una novedad internacional. Fue en ese momento que empezó a hacer el chiste de “fenómeno barrial”. El término lo utilizó por primera vez Ricardo López Murphy en la elección de 2021, cuando Milei obtuvo un buen resultado como diputado nacional en la Ciudad de Buenos Aires, con muy buenos resultados en algunos barrios.

Milei habló ante la ONU con la sala casi vacía.

La diferencia entre la convocatoria de la intervención de Milei y otros mandatarios, como Lula da Silva, fue notoria, que habló ante una sala repleta.

Discurso de Lula da Silva ante la Asamblea General de la ONU.

Volvió a ser un fenómeno barrial evidentemente y López Murphy tuvo una suerte de revancha poética. ¿Por qué sucede esto? Milei empezó a perder credibilidad en varios planos. En primera instancia, dejó de ser una novedad porque fue un político más que dijo una cosa e hizo lo contrario. Habló de una teoría novedosa y de ideas disruptivas como las de la escuela austriaca y luego se dedicó a endeudarse y tratar de sostener artificialmente los indicadores económicos como tantos otros gobiernos.

Además, los casos de corrupción le quitaron todo el aura de outsider incorruptible que se había encargado de construir. Por último, la actitud lastimosa frente a Trump pidiéndole dinero y apoyando previamente cualquier posición internacional de Estados Unidos, lo mostraron como una figura menor, dependiente de otro presidente.

Yendo más particularmente al préstamo. Se conoció ayer que habrá préstamos por 20 mil millones de dólares. Lo anunció el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, que también contó que la ayuda vendrá luego de las elecciones.

Sin embargo, las condiciones específicas de este acuerdo aún no se han hecho públicas en detalle, y las declaraciones oficiales permiten anticipar ciertas exigencias implícitas que podrían acompañar la ayuda financiera.

Uno de los elementos más mencionados es la eliminación de la exención fiscal para exportadores de materias primas, es decir, las retenciones a las cereales, lo que abre la caja de pandora de las contradicciones inmanentes en las relaciones internacionales.

La Asociación Norteamericana de Productores de Soja se quejó por lo mismo que aquí el exembajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, en este programa. «Los dólares que vía el FMI, Banco Mundial o ahora el Tesoro llegan desde Estados Unidos a Argentina terminan beneficiando el incremento del intercambio comercial de Argentina con China aumentando desde que llegó Milei el 80% lo que a nuestro país le compra a China por haber abierto las importaciones y ahora por la mayor cantidad de soja que le exporta al bajar las retenciones», expresaron.

Esto merece varias lecturas. Primero, las políticas económica de Trump son controversiales y paradójicas generando muchas veces lo opuesto a lo buscado. Segundo, demostraría que el kirchnerismo estuvo equivocado con las retenciones porque si los competidores de la mayor exportación de Argentina pide que se mantengan esto indica que no sería conveniente para la expansión de nuestras exportaciones.

Otro elemento que generó ruido fue que el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, ha señalado que la efectividad de este swap depende en buena medida del resultado de las elecciones legislativas de octubre en Argentina. Esto implica que la liberación de los fondos tienen un condicionamiento político que trasciende lo estrictamente financiero.

Además, la ayuda estadounidense se inscribe en un contexto geopolítico amplio: Estados Unidos busca mantener influencia en América Latina frente al avance de China y la consolidación de ejes económicos alternativos, lo que agrega un matiz estratégico al préstamo y su posible impacto en la soberanía económica argentina.

El Gobierno ya cerró la quita de retenciones por llegar al cupo de US$7.000 millones

Lo que se compara con el swap que China le dio a Argentina, ideado por Martín Redrado, presidente del Banco Central, durante el último gobierno de Cristina Kirchner, que no pasó por el Congreso como ahora la oposición solicita que sí pase el de Estados Unidos, y la base astrológica que se le concedió a China en nuestra Patagonia. Vale reconocer que China mantuvo el swap con gobiernos tan distintos como el de Cristina Kirchner, Mauricio Macri, Alberto Fernández y ahora Milei y, por lo que indica Bessent, no sería así con el norteamericano.

Aunque el anuncio generó un efecto inmediato de alivio en los mercados, con suba de bonos y fortalecimiento del peso, los economistas advierten que este tipo de intervención externa puede resultar insuficiente para corregir desequilibrios estructurales como el tipo de cambio barato, la dependencia del endeudamiento y la falta de productividad real que sostenga la deuda.

La historia reciente muestra que paquetes de asistencia financiera provenientes de Estados Unidos no han logrado resolver problemas de fondo, como ocurrió en gobiernos anteriores, y que las soluciones temporales generan riesgos de corto plazo sin garantizar estabilidad duradera.

El acuerdo financiero, aunque presentado como un respaldo crucial para La Libertad Avanza y la gestión de Milei, también implica un grado de dependencia y exposición a factores externos sobre los que el gobierno argentino tiene limitado control. Estados Unidos pasaría a contar con una herramienta de extorsión sobre los gobiernos nacionales. La combinación de apoyo financiero, presión política y expectativas de mercado crea un escenario complejo donde los beneficios inmediatos deben evaluarse frente a los costos estructurales y soberanos que podrían derivarse de esta relación.

En síntesis, un préstamo de 20 mil millones de dólares constituye un alivio financiero puntual, condicionado por factores fiscales, políticos y estratégicos que aún no se han materializado plenamente. Su impacto a mediano y largo plazo dependerá de la capacidad del gobierno de Milei para gestionar la economía real, mantener estabilidad política y equilibrar la dependencia de los apoyos internacionales con las necesidades internas del país.

En resumidas cuentas, Milei, como criticó en su discurso, sacrifica en el futuro en los altares del presente para ganar una elección de medio término. Deuda para ahora, ajuste y austeridad para las nuevas generaciones.

Además, Milei se reunió con el las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI) que le recordaron que debe avanzar con las llamadas reformas estructurales. Le plantaron que debe llegar a puntos de acuerdo con la oposición para realizarlas. En este punto, Milei tiene una contradicción importante. El gobierno norteamericano que lo financia considera al peronismo algo maléfico. Su embajador dice que viene a asegurarse que la ex presidenta cumpla la mayor condena peronismo, mientras que el FMI le pide mayor consenso político para avanzar con sus reformas.

Las declaraciones de ayer de Kristalina Georgieva, vacilantes y balbuceando sin nada cristalino da muestra del drama a veces convertido en farsa del sistema de gobernanza mundial. Ella parecía un títere de Estados Unidos hablando a la audiencia como si fueran niños de jardín infantes con going up and going down, hasta con señas.

Scott Bessent y Javier Milei en los Global Citizen Awards.

Es muy importante mantener el rumbo de las reformas para que Argentina pueda seguir viendo una bajada de la inflación, un aumento de la actividad económica, la reducción de la pobreza y el aumento del bienestar del pueblo argentino”, dijo con una sonrisa, entendiendo el papel patético que estaba cumpliendo.

Pero el Gobierno rompió todos los puentes en el Congreso y con los gobernadores, y tiene cada vez menor apoyo entre los votantes. Esto significa que difícilmente pueda avanzar con las reformas y muy probablemente tenga un mal resultado electoral. ¿Qué sucederá con el swap estadounidense, si la administración Trump termina de darse cuenta que Milei no será reelecto? ¿Qué sucederá si el Congreso llama a sesión para votar el acuerdo y vota en contra o replantea condiciones?

Por otro lado, está la discusión del Presupuesto 2026 presentado por el gobierno antes de la existencia de este acuerdo con Estados Unidos. La comisión de presupuesto en Diputados reclama conocer previamente los detalles del acuerdo generando un dilema de difícil solución, porque en el fondo no hay nada concreto.

Sumado a un debate en la sociedad para saber si, como dice el Presidente, queremos consumirnos el futuro en el presente que se dilucidará de alguna manera en forma de plebiscito en las elecciones de dentro de un mes. Esta posible contradicción entre su apoyo externo y su falta de apoyo interno, puede terminar de expresarse en un desenlace trágico para su Gobierno.

A modo de ejemplo, el mismo precio de Ciudadano del Mundo que le entregó ayer a Milei Scott Bessent, se lo habían dado a Macri en 2018, el mismo año en el que, según Georgieva, Argentina «went down«.

«Lo tomo como un reconocimiento para todo el pueblo argentino por el coraje que hemos mostrado para detener el proceso de convertirse en otra Venezuela. Los argentinos decidimos cambiar, y cambiamos porque entendimos que no podíamos permitir que el populismo afectara gravemente a nuestra sociedad», dijo el entonces presidente. Cada uno podrá hacer sus propias comparaciones.

Milei se encamino rápidamente hacia su desenlace porque como dijimos al principio, es incapaz de aprender y de cambiar.

Producción de texto e imágenes: Matías Rodríguez Ghrimoldi

TV/ff

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