Alineada incondicionalmente con los Estados Unidos e Israel por decisión unilateral del presidente Javier Milei, la Argentina quedó entre los únicos 10 países que se opusieron ayer en las Naciones Unidas a la “Declaración de Nueva York”, difundida como la “solución de los dos Estados”, que condena explícitamente los ataques terroristas de Hamas del 7 de octubre del año pasado que desencadenaron las brutales represalias israelíes sobre la población palestina.
El pronunciamiento exige el cese del fuego y la liberación de los rehenes y propone que Gaza quede bajo control de la Autoridad Palestina. Busca un equilibrio que reconoce tanto el derecho de Israel a la seguridad como la necesidad de un Estado palestino viable.
Concebido como la antesala de la cumbre de la ONU que se celebrará en Nueva York el 22 de septiembre, en la que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, prometió reconocer formalmente al Estado palestino, el documento contó con el abrumador respaldo de 142 países y solo 12 abstenciones.
La Argentina votó alineada con Estados Unidos e Israel junto a países como Papúa, Micronesia, Tonga y Nauru La Argentina votó alineada con Estados Unidos e Israel junto a países como Papúa, Micronesia, Tonga y Nauru
La decena de naciones que lo rechazaron junto a EE.UU, Israel y Argentina se completa con Hungría, Micronesia, Palau, Papúa, Tonga, Nauru y Paraguay. Argentina y Paraguay son los dos únicos países americanos del minúsculo grupo, Hungría el único europeo, la mitad del bloque está compuesto por países insulares del Pacífico.
En contrapartida, se inclinaron por la “solución de los dos Estados” tradicionales aliados de Israel como Reino Unido, Francia, Canadá y Australia.
Si bien las fragilidades del programa económico libertario se hacen cada vez más ostensibles, el decidido apoyo de los Estados Unidos al gobierno de Milei en el FMI explica solo en parte la postura argentina.
El Presidente sostiene desde siempre una adhesión fanática hacia las doctrinas y facciones israelíes más conservadoras y ha tomado partido por este país en el conflicto de Gaza sin que sea posible advertir qué beneficios trae tal postura diplomática para la Argentina.
Por el contrario, resulta paradójico que un país que reclama soberanía sobre las Islas Malvinas basándose en el derecho internacional vote contra una resolución que precisamente invoca esos mismos principios para otro conflicto territorial.
La decisión argentina es contraria a la posición histórica del país en Medio Oriente. Argentina siempre mantuvo relaciones equilibradas con ambas partes del conflicto, reconociendo tanto a Israel como a Palestina, y tradicionalmente abogó por la solución de dos Estados que la ONU acaba de reafirmar con números muy cercanos a la unanimidad.
El asunto tiene tal importancia para Milei, que entendió necesario incluirlo de modo explícito en la confirmación del rumbo de su gestión la fatídica noche de la derrota en la Provincia de Buenos Aires el domingo pasado.
“Vamos a seguir manteniendo nuestro posición en el mundo. Vamos a continuar estando del lado del Bien en el mundo y vamos a continuar en nuestra profundización de los vínculos en el mundo”, dijo.
“El mundo” vendría a ser para Milei los Estados Unidos e Israel. Argentina votó junto a apenas nueve países contra una resolución respaldada por la abrumadora mayoría de la comunidad internacional.
Como era de esperarse, Israel condenó el pronunciamiento y consideró que no contribuye a la paz, sino que instiga a Hamás a continuar con la guerra.
Estados Unidos calificó la votación como “otra maniobra publicitaria errónea e inoportuna” que socava los esfuerzos diplomáticos para poner fin al conflicto y adelantó que el presidente palestino, Mahmoud Abbas, no recibirá visa para viajar a Nueva York y participar en la Asamblea General.