viernes, 12 de septiembre de 2025 01:31
El Gobierno nacional intentó dar un gesto a las Provincias al volver a abrir el Ministerio del Interior, área clave que el mismo Gobierno había eliminado en el auge de la motosierra. Si se olvidan las amenazas, insultos y destratos de Javier Milei a los mandatarios provinciales, podría considerarse esta decisión una señal de buena voluntad, de retomar el diálogo institucional, de cambiar y mejorar. Pero… el arranque no es muy bueno, y es evidente que el Gobierno muestra señales contradictorias en su vínculo con los mandatarios provinciales tras el revés electoral en Buenos Aires. Porque por un lado, conformó la Mesa Federal y reflotó el Ministerio del Interior, lo cual es positivo. Pero al mismo tiempo avanza con el veto a la ley impulsada por los gobernadores para establecer el reparto diario y automático de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN). Y así se hace difícil dialogar.
“El veto nos parece una pésima carta de presentación, tanto de la Mesa como del nuevo ministro. Es una muy mala medida: se trata de una ley impulsada por los 24 gobernadores en el Consejo Federal de Inversiones, que prácticamente no genera costo fiscal”, advirtieron los mandatarios. Ocurre que llamar al diálogo y cortar el financiamiento al mismo tiempo, anula casi totalmente la posibilidad de encauzar negociaciones, y por eso muchos gobernadores ya anticiparon que ya no tienen interés en sentarse a hablar. Recuerdan, de hecho, que ya se sentaron a dialogar desde el inicio de la gestión y no sirvió para nada. Más aun, el reparto automático de los ATN fue una decisión que surgió por la indiferencia de Nación, que empujó a los mandatarios a usar su fuerza en el Congreso para procurarse la solución que Casa Rosada les negaba.
“No creemos que el veto impacte en la relación con los gobernadores, para eso está el diálogo federal que llevará adelante el ministro de Economía”, dicen en la Jefatura de Gabinete, pero es una expresión de desmesurado optimismo. Los gobernadores sienten que con una mano les tienden el saludo y con la otra les vacían el bolsillo. Mal debut para el flamante titular de Interior, Lisandro Catalán. El objetivo, según explicó Guillermo Francos, es “retomar el diálogo con los gobernadores afines”, pero se sospecha que sólo buscan aliados para detener la catarata de derrotas en el Congreso. Y allí pesan los antecedentes, porque muchos ayudaron en su momento y no recibieron nada. Las provincias quieren previsibilidad, seriedad y compromisos que se cumplan, cosas que el gobierno libertario no ofreció hasta aquí. La intención de dialogar, además de tardía, pierde relevancia si llega acompañada del veto a su ley. Eso no significa que la relación Provincias-Nación no pueda recomponerse, pero no hay indicios de que suceda en los términos actuales.
El Esquiú.com