También el 1 de septiembre se celebra a Santa Verena de Zurzach, una virgen de origen egipcio que vivió en el siglo III y es venerada especialmente en Suiza. Su historia se entrelaza con la de la Legión Tebana, un grupo de soldados cristianos martirizados en Aguanum (actual Saint-Maurice, Suiza).
Se cree que Verena formaba parte de un grupo de mujeres egipcias que acompañaban a la legión. Tras el martirio de San Mauricio y sus compañeros, Verena se estableció en las cercanías de la actual Zurzach, en el valle del Rin. Allí llevó una vida de estricta piedad y servicio a los demás.
Santa Verena dedicó su vida a la evangelización y al cuidado de los enfermos, los pobres y los leprosos. Se cuenta que utilizaba sus largos cabellos y un peine para limpiar las heridas y atender a los necesitados, simbolizando su dedicación y pureza. Vivió como ermitaña en una cueva y luego en una celda en Zurzach, donde falleció alrededor del año 344.
Su culto se extendió rápidamente, y es considerada una de las santas más importantes de Suiza, especialmente en los cantones de Aargau y Zúrich. Es patrona de los enfermos, los sirvientes y los navegantes del Rin. Su figura es un ejemplo de caridad, humildad y entrega total a Cristo a través del servicio a los más vulnerables.
