Cuánto le costó a la Provincia el fastuoso edificio del Tribunal de Cuentas?

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Ni barato ni urgente. El nuevo edificio del Tribunal de Cuentas (TC) de Catamarca, ubicado sobre la avenida Recalde, cerca del Predio Ferial, le costó al Estado provincial varias veces más de lo que declaran sus autoridades. Pero al margen de los recursos, surge la cuestión de la oportunidad y necesidad en tiempos de crisis económica. ¿Era prioritario respecto a otras inversiones públicas?

El contrato para la construcción del edificio se firmó en septiembre de 2021, mientras que el acta de inicio de obra se rubricó en febrero de 2022. La empresa que ganó la licitación fue Huasi Construcciones SRL, una de las más grandes de Catamarca. La obra se financió completamente con fondos provinciales.

El 11 de julio pasado, el gobernador Raúl Jalil cortó las cintas del flamante edificio, junto a la plana mayor del organismo, en un acto que reunió a todo el oficialismo provincial y municipal de la Capital, más legisladores nacionales. “(Estas obras) generan empleo, movilizan la economía local y dejan infraestructura de calidad. Esta sede es un ejemplo de lo que podemos lograr cuando el Estado, los trabajadores y la comunidad se articulan con planificación y compromiso”, expresó el mandatario.

Vista área del nuevo Tribunal de Cuentas el día de su inauguración, el 11 de julio pasado.

Según destacó la Gobernación, la obra fue proyectada y supervisada por un equipo técnico del propio TC, lo que marcó “un hito de autogestión” en la administración pública provincial. Además, recalcaron que habrá un importante ahorro en alquileres de inmuebles.

Hasta allí, el organismo gastaba unos $240 millones anuales en alquileres para las oficinas externas al edificio histórico del TC, en Chacabuco entre Salta y Tucumán, que data de 1975. A su vez, esta sede pasará a la órbita del Poder Judicial, que a su vez eroga unos $180 millones anuales. De este modo, según se remarcó con insistencia, el Estado ahorrará unos $420 millones por año en concepto de alquileres.

En total, el Tribunal de Cuentas tiene una planta de casi 300 empleados, entre administrativos, técnicos, abogados y contadores y autoridades.

Características

La nueva sede del TC tiene una superficie cubierta total de 3.200 metros cuadrados. Está dividida en dos pabellones:

Vista lateral del edificio del Tribunal, unos días antes de su apertura oficial.
  • El primero, ubicado sobre avenida Recalde, está destinado a la mesa de entradas para atención al público y recepción de expedientes. Cuenta con baños, un pequeño bar y una galería por la cual se accede al pabellón más grande.
  • El segundo es de dos plantas y es exclusivo del personal del TC. Se puede acceder directamente desde el ingreso con vigilancia ubicado sobre una una calle lateral. Allí se encuentran las oficinas administrativas; hay patios y terrazas con conectividad que fueron pensados como esparcimiento o “espacios de expansión laboral”, según describió uno de los responsables del proyecto.  

Aparte, hay una plaza cívica para actos públicos, espacios interiores con iluminación y ventilación natural, amplios sectores para estacionamiento y está previsto próximamente que se instale una famosa cadena nacional de cafetería, alfajores y productos dulces. Toda una excentricidad para un organismo público.

El edificio posee un sistema de climatización inteligente TVR (tecnología inverter), un sistema de redes, servidores propios, comunicación de última generación y una estructura digital integrada.

El parte oficial difundido antes de la inauguración destacó que “esta infraestructura no solo fortalece la seguridad, sino que permitirá acelerar los procesos internos, mejorar la calidad del servicio y fortalecer la capacidad institucional. En este entorno moderno, el organismo prevé avanzar con la implementación de libros y registros digitales únicos, herramientas fundamentales para potenciar la eficiencia, trazabilidad y transparencia en los actos administrativos y de control”.

“Esta digitalización total se alinea con los objetivos de sustentabilidad, transparencia y despapelización que promueve el Estado provincial”.

El gobernador Raúl Jalil junto al presidente del TC, Jorge Moreno, y los vocales en el acto oficial.

En rigor, el flamante edificio del TC no solo representa el más moderno y avanzado del Estado provincial -solo comparable con el Nodo Tecnológico del municipio capitalino-, sino que se asemeja literalmente a la sede de una compañía multinacional. Quizás único en el país para un organismo auditor de cuentas provinciales.

Cifras más creíbles

El día de la inauguración, el presidente del TC, Jorge Moreno, aseguró a Canal 10 e INFORAMA que la obra le costó al Estado “1.200 millones de pesos”, lo que sería amortizado en solo 3 años con el ahorro del gasto en alquileres.

Es decir, de acuerdo con eso, la Provincia apenas gastó $375.000 por cada uno de los 3.200 metros cuadrados de la superficie total, o sea unos 288 dólares. Una cifra verdaderamente absurda.

Actualmente, el costo de construcción por metro cuadrado con los materiales de calidad superior que tiene el edificio ronda entre 1.800 y 2.000 dólares en Catamarca. Y si se trata del sector público, que paga siempre tarde, las empresas suman un “costo financiero” adicional.

De acuerdo con esos valores, el edificio debería haber costado a la Provincia entre 5.760.000 y 6.400.000 dólares. En pesos, serían entre 7.500 millones y 8.320 millones, o sea, entre 6 y 7 veces más que los números oficiales.

Con los “1.200 millones de pesos” que señaló Moreno hoy apenas podrían construirse seis o siete dúplex de 100 metros cuadrados en la ciudad Capital, con materiales de calidad media a superior, y sin terrenos.

O bien, $1.200 millones es el presupuesto de un tinglado para supermercado o venta de automóviles de 1.400 metros cuadrados, con piso de cemento alisado y sin incluir instalaciones eléctricas ni termo mecánicas. Solamente la obra civil.

Pero suponiendo incluso que la empresa constructora se manejó exclusivamente con el aporte de $300 millones que la Provincia le asignó al TC en febrero de 2022 para esta obra, entonces ese monto equivalía a USD 2.856.870. Al cambio actual, ese monto se traduce en más de $3.700 millones. Tres veces más que la cifra de Moreno.

De manera que el costo total de la obra no se amortizará en 3 años de alquileres ahorrados sino en 10.

Pero aparte, aquel aporte inicial del Gobierno no incluyó el costo de los sistemas de refrigeración, informática y demás tecnología digital. Y es poco probable, según se pudo constatar en las imágenes del interior del edificio, que el mobiliario haya sido provisto en su totalidad por la empresa estatal PRODUCAT, como afirmaron los funcionarios técnicos responsables de la obra.

En definitiva, es evidente la actitud elusiva del organismo encargado de auditar las cuentas provinciales para transparentar, como debiera, el presupuesto total y real de su nueva casa. ¿Qué podría esperarse entonces respecto al control de otras cuentas del Ejecutivo?

Cuestión de prioridades

Al margen de los números ocultos por el Gobierno, es inevitable considerar cuáles son las prioridades en materia de inversión pública de esta administración.

Por caso, la ampliación del Hospital San Juan Bautista, que se frenó cuando el presidente Javier Milei cortó los fondos nacionales para obras públicas, no habría avanzado un centímetro más si no fuera por el aporte de $5.000 millones que hizo la empresa YMAD a la Provincia de sus utilidades.

Por otro lado, el proyecto de la nueva Terminal de Ómnibus de Catamarca quedó paralizado por falta de financiamiento. La Provincia le compró los terrenos al Obispado frente al Club San Lorenzo de Alem, sobre la avenida Juan Chelemín, y eso fue todo lo que hizo.

En cambio, el nuevo edificio de la Legislatura provincial que se levanta en la zona norte tiene un presupuesto de $1.148 millones. La obra se ejecuta a paso lento, pero sin pausa. Los recursos, por supuesto, son de origen provincial.

Cartel de obra de la nueva Legislatura provincial, camino a la Gruta de la Virgen del Valle.

Si gobernar es priorizar, queda claro entonces cuál es el orden de importancia que el Gobierno estipuló para las “obras urgentes”, costosas y de dudoso rédito social.

Habrá que esperar que el nuevo Tribunal de Cuentas, con tanta tecnología y confort de primer mundo, pueda mejorar el control de la hacienda pública. Por lo pronto, ya dio un primer paso en falso al esconder los gastos de la opulenta sede.

Pero una coherencia existe: las oficinas más lujosas son para los tres funcionarios que tienen los sueldos más altos de la provincia.

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