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Caída libre
En un partido apático, marcado por el desconcierto en el cambio de Merentiel durante el entretiempo, Boca llegó a los once encuentros consecutivos sin ganar.
En la tarde de este domingo, Boca volvió a escribir una página en los libros de historia, pero esta vez no fue gloriosa: cayó 1-0 ante Huracán en el Ducó, alcanzó los once partidos consecutivos sin ganar y firmó así la peor racha de su historia deportiva. Esta vez fue un golazo de Marco Miljevic de afuera del área el encargado de profundizar la crisis del Xeneize, que todavía no vence en el Torneo Clausura y apenas suma dos puntos de nueve posibles. Desde el arranque, Boca mostró la misma versión apática y monótona en todas su líneas. Y otra vez sufrió desde el principio. En los primeros veinte minutos, Huracán lo arrinconó: primero con un remate al travesaño, luego con un mano a mano que Agustín Marchesín desactivó con una tapada monumental. Los pases hacia el costado fueron recurrentes y las ocasiones nulas en el equipo de Miguel Ángel Russo, que una vez más se fue al entretiempo sin rematar al arco y apenas cruzó la mitad de cancha.
Lo sucedido en el entretiempo fue, sin dudas, un síntomas de la caótica situación del Xeneize: Russo ordenó el ingreso de Giménez por Merentiel, pero el uruguayo no estaba enterado del cambio y salió a la cancha antes del arranque del segundo tiempo. Fue entonces que debieron advertirle desde el banco para que abandonara el campo; lo más llamativo fue que, al hacerlo, se fue directamente al vestuario y no salió en todo lo restó del encuentro. Alarmas que se encienden y exceden lo deportivo.
Con este condicionante, lejos de reaccionar, Boca en el complemento repitió la fórmula de posesión inofensiva y falencias defensivas. Huracán no lo esperó, volvió a convertir a Marchesín en figuras hasta que logró flanquear su muralla: a los 20 minutos del segundo tiempo, Miljevic encontró una pelota en el borde del área y sacó un derechazo inatajable que se clavó en el ángulo derecho. Era lo justo. Y ni siquiera el golpe despertó a Boca, que se mantuvo sin respuestas, rebeldía ni fútbol. La estadística lo dice todo: 64% de posesión y una solo intento de gol en todo el encuentro.
El resultado no solo profundizó la crisis deportiva del Xeneize, sino que también firmó una de las marcas más oscuras de sus 120 años de historia: ya lleva 11 partidos sin triunfos, no gana desde abril y su entrenador todavía no festejó desde que volvió a calzarse el buzo de DT. Hoy, Boca está 12° en la Zona A y su panorama se torna cada vez más sombrío. Del otro lado, Huracán se recuperó de las dos derrotas iniciales, sumó sus primeros tres puntos del campeonato y dejó atrás la angustia. En la próxima fecha, el equipo de Russo se jugará más que tres puntos: recibirá a Racing en La Bombonera, en un clásico que puede agudizar el problema o traer una calma tan anhelada como necesaria.