No es en contra del folclore

No es en contra del folclore. Es en contra de la falta de talento. Y en la mayoría de los casos, lo que abunda no es otra cosa que eso: falta de talento. Lo vemos en todos los géneros. Rock de cuarta, cumbia de cuarta, reguetón de cuarta.

El problema no es el estilo musical, el problema es el músico. Porque el músico es el que es de cuarta, no el género.

Lee además

Hay cosas brillantes, profundas, verdaderas dentro de cada estilo. Obras que te sacuden, que emocionan, que tienen peso propio. Pero también hay una marea de indigentes musicales, gente que repite fórmulas vacías, sin alma ni contenido. El problema es cuando te colgás un poncho o te tatuás la lengua de los Stones y tenés menos talento que un participante de Gran Hermano.

Ahí no hay arte, hay un disfraz. Un acting de artista sin sustancia. Chacarera del rancho, Juntos a la Par, Fuiste, Un viejo Blues ya aburren hasta en el karaoke.

Y es peligroso, porque cuando la impostura se vuelve costumbre, cuando se naturaliza la mediocridad como si fuera cultura, lo único que se logra es empobrecer el lenguaje, achatar la sensibilidad, banalizar todo y termina contaminado el camino de los verdaderos talentosos. El músico tiene una responsabilidad: no solo entretener, sino construir identidad, emocionar, provocar, transformar. Del «carisma» hablamos otro día y de la plata que se mueve para llegar otro.

Espero que nadie esté con la susceptibilidad en modo ON y solo lo tomen como algo para la reflexión.