Un fallo contra las libertades democráticas

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La condena e inhabilitación contra Cristina Kirchner tiene claros objetivos políticos. Editorial de “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario que se emite todos los sábados de 12 a 14 por Radio Con Vos 89,9.

Sábado 14 de junio 12:33

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  •  Cualquier persona que crea que con el fallo de la Corte Suprema contra Cristina Kirchner se está discutiendo un tema de “corrupción”, desconoce absolutamente la naturaleza del problema.
  •  A la Corte Suprema, disminuida a tres miembros, integrada por Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, no le interesa la corrupción. Diría que al grueso del Poder Judicial no le interesa la corrupción, entre otras cosas, porque el Poder Judicial es corrupto.
  •  La corrupción, que está presente en todos los poros de este sistema (capitalista) que no puede funcionar sin corrupción, es la excusa que usaron los supremos (y antes, todos los magistrados que intervinieron en la causa conocida como “Vialidad”) para hacer una intervención política, para tomar una decisión política que interfiera directamente sobre el sistema político y el proceso electoral.
  •  Con esta intrusión quisieron dar un mensaje cuasi mafioso a todo el sistema político, a todos los opositores, sobre la capacidad que tienen de tutelar un régimen a través de jueces que, en realidad, son cuadros políticos que responden a una fracción de poder y se forman en las “escuelas de cuadros” del “partido judicial” en del Departamento de Estado norteamericano.
  •  ¿Por qué deciden intervenir ahora? Bueno, hay varias razones. Una de ellas es la precariedad del Gobierno de Javier Milei y todo el sistema político que se viene evidenciando en los procesos electorales provinciales en los que hay una fuerte abstención y los resultados de los candidatos del Gobierno son, para decirlo moderadamente, muy discretos.
  •  Al margen de las intenciones políticas de Cristina Kirchner y su programa, ¿qué podía haber pasado si era un factor actuante en una eventual derrota del Gobierno (o incluso un empate que sea leído como una derrota) en las elecciones de la estratégica provincia de Buenos Aires? Muy probablemente toda la precaria estantería económico-política del dueto Milei-Caputo entraba en zona de riesgo. Sin garantías políticas, esta economía del endeudamiento permanente y un equilibrio inestable se puede caer como un castillo de naipes (el fantasma de Mauricio Macri en 2018 sobrevuela todo el tiempo). Las embestidas contra las libertades democráticas y en esto incluimos la proscripción de Cristina Fernández, tienen el objetivo de blindar a un régimen político precario.
  •  Pero, al margen de las disputas de la coyuntura, hay razones más de mediano y largo plazo. El imperialismo norteamericano y la fracción de poder que sigue respaldando a Milei quieren rediseñar el menú de opciones políticas “a su imagen y semejanza”, sin ningún matiz con respecto el núcleo troncal de lo que consideran que debe ser el resteo del país de acá al futuro. Un reseteo que es básicamente el que propone Milei.
  •  La proscripción contra Cristina Kirchner la llevaron adelante pese a los esfuerzos que ella misma venía haciendo para “ponerse a tono” con los nuevos vientos: hablando de la necesidad de reformas laborales, de “Estado eficiente” o cuestionando a los empleados públicos. Evidentemente no fueron garantías suficientes o los verdaderos dueños creen que cuentan con una correlación de fuerzas que les permite (a través del veto de los cortesanos) eliminar cualquier matiz en las fuerzas políticos.
  •  De hecho, su ideal es que todos los partidos sean una especie de fracciones de un mismo partido con espíritu mileísta o que hagan mileísmo por los medios que quieran, pero mileísmo al fin. Ojo, en todos los partidos y especialmente en el peronismo, hay muchos a los que no les disgusta esta perspectiva porque, de hecho, es lo que vienen haciendo.
  •  Imaginense si consideran que pueden hacer esto con una opositora que hace tiempo que venía moderando su discurso y su programa (muy lejos quedaron aquella narrativa y el tono que le dieron al peronismo en el pos 2001 cuando se cargaron al hombro la tarea reconstruir la autoridad del Estado), imaginen lo que podrían hacer, si este precedente queda firme, contra quienes cuestionan su poder de fondo y creen que hay que cambiar la cosa de raíz. O contra dirigentes obreros o juveniles que quieran enfrentar realmente al poder en las fábricas, en las empresas o en la calle.
  •  De ahí el claro y necesario pronunciamiento de la izquierda contra la avanzada antidemocrática. También tiene un aspecto de autodefensa y de defensa de los derechos democráticos básicos de una parte importante de la población. Es más, quizá, si se desarrolla una lucha consecuente contra la proscripción, se pueda avanzar en la compresión de que la limitación de las libertades democráticas y el ajuste son dos caras de la misma moneda. Y esto desate una movilización mucho más profunda.
  •  Ojo, en el peronismo hay gente que considera que puede darse esta dinámica y por eso, más allá de los pronunciamientos encendidos en las redes sociales o en los medios, en cuánto a medidas concretas son bastante conservadores y prefieren utilizar todo esto para una perspectiva de recambio electoral “en frío” que evidentemente implicará una victoria de los que hoy son los proscriptores o sus jefes.
  •  No se trata tampoco de elegir entre males menores o mayores (preferir que alguien corrupto se presente antes que la proscriban). El método de elegir entre “mal menor” o “mal mayor” no es un método para orientarse en política. Porque insisto, este Poder Judicial, esta Corte Suprema y el bloque de poder al que responden no está discutiendo la corrupción (presente en todos los gobiernos, incluidos los kirchneristas), está discutiendo otra cosa, tiene otro objetivo “mayor” y a la corrupción la consideran un “vuelto” si responde a sus intereses.
  •  Es desde esta perspectiva que se plantea la tarea de derrotar la proscripción con un proceso de movilización y medidas contundentes de lucha. Así como ellos unen las avanzadas antidemocráticas al ajuste y a las contrarreformas, nosotros debemos unificar la resistencia al ajuste al rechazo al ataque a las libertades democráticas. La moneda está en el aire y el resultado no está dado de antemano, dependerá como siempre, de la lucha.
  • Fernando Rosso

    Periodista. Editor y columnista político en La Izquierda Diario. Colabora en revistas y publicaciones nacionales con artículos sobre la realidad política y social. Conduce el programa radial “El Círculo Rojo” que se emite todos los jueves de 22 a 24 hs. por Radio Con Vos 89.9.

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