martes, 9 de diciembre de 2025 14:00
Andy Chango (55) se ha transformado en uno de los personajes más entrañables de Masterchef Celebrity, el reality de cocina de Telefe que conduce Wanda Nara. Aunque él no es un experto en gastronomía, el cantante, compositor, escritor y ahora también actor, aporta su show al certamen y saca sonrisas a los televidentes con su simple forma de ser. Sin embargo, este gran presente profesional tiene una contraparte en lo personal, ya que la realidad del artista no es la más bonita.
El lado B del artista está marcado por la difícil realidad de su madre, Pegui, quien padece dos enfermedades severas: Alzheimer y Parkinson. Por este motivo, el cantante decidió mudarse con la señora, que tiene 85 años y además enviudó recientemente. En conversación con la revista Pronto, Chango exclamó que la ama y que está muy dedicado a ella y a su hija.
El cantante está viviendo en casa de su mamá para acompañarla y disfrutar de ella en este estadio de su vida. Esta decisión se vio facilitada por una situación personal, ya que Chango se rompió los ligamentos, se operó y tenía que estar en Capital para realizar kinesiología. Justamente, al necesitar permanecer en Buenos Aires, empezaron a salirle trabajos.
La combinación de Parkinson y Alzheimer es un «combo duro», según Chango, pero aseguró que cree que uno se acostumbra a ello. Aunque no es fácil, su madre es muy afectiva y graciosa, y sí logra reconocerlo. Sin embargo, no es posible mantener una charla continua, ya que ella se la olvida y hay que volver a tenerla.
A pesar de su reciente éxito profesional, a su madre le cuesta registrar las cosas y llegar a la hora de emisión de Masterchef. Ella no podía entender que él fuera actor, ya que para ella, Andy era solamente músico. Para que comenzara a entenderlo, Chango tuvo que poner el Premio Platino y el Premio Cóndor en frente de su cama para que los viera todos los días.
Chango ganó estos premios por hacer de Charly García en la serie de Fito Páez, una experiencia que calificó de alucinante. El Premio Platino lo reconoció como el mejor actor de reparto de toda Iberoamérica (España, Centroamérica y Sudamérica). El artista considera una locura haber ganado estos galardones con algo que nunca había estudiado, ya que solo tomó una sola clase de actuación en 1988. Paradójicamente, él había estado nominado a los Premios Gardel y Martín Fierro por discos a los que les había dedicado más tiempo de su vida, pero nunca había ganado ningún premio antes de este logro en la actuación.
