El Banco Central no acumula reservas, sino deudas

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A través de argucias contables, que también utilizó para dibujar en algunos momentos el superávit fiscal, el gobierno nacional viene ocultando un creciente endeudamiento del Banco Central que, según los cálculos de diversos economistas, se acerca peligrosamente a los 27 mil millones de dólares desde diciembre de 2023. Se trata de estimaciones y no de cifras exactas precisamente porque el tándem Milei-Caputo ha diseñado una arquitectura contable que escamotea información sensible para las finanzas nacionales.

Según el analista económico Fernando Alonso, que conoce con precisión la información del Banco Central porque ofició de vocero de la entidad, una parte sustancial de este proceso de endeudamiento se vincula con la emisión del bono Bopreal –que benefició a importadores con deudas comerciales y a empresas multinacionales que giraron utilidades- por un monto de 10.485 millones de dólares. Menciona también el endeudamiento del BCRA a través de la toma de un crédito con entidades financieras internacionales en términos que no fueron hechos públicos, y finalmente, la operación más polémica y con menos información oficial que fue la transferencia como deuda de los dólares que el Tesoro aportó en los días previos a los comicios legislativos para evitar que el dólar se disparase complicando las chances electorales de La Libertad Avanza. El pretendido “favor” del gobierno norteamericano no fue tal: se estima que Scott Bessent ganó USD 200 millones –y los perdió la Argentina- a través del típico mecanismo del carry trade presuntamente acordado de un modo subrepticio con las autoridades argentinas.

Pese a la coincidencia generalizada de que el Banco Central debe acumular reservas para frenar una eventual corrida cambiaria, lo que en realidad ocurre es que lo que acumula son deudas. Pese a la coincidencia generalizada de que el Banco Central debe acumular reservas para frenar una eventual corrida cambiaria, lo que en realidad ocurre es que lo que acumula son deudas.

Otra vez: la falta de transparencia informativa impide lograr precisiones, pero varios analistas de distintas consultoras infieren la maniobra y especulan que se activó secretamente el swap con Estados Unidos, con lo que la salida del mercado financiero del Tesoro de ese país se hizo “contra reservas internacionales y no contra el mercado”, según analiza el economista Alejandro Giacoia, de la consultora Econviews. La misma versión ratifican otros analistas, como Fernando Marull, Gabriel Caamaño y Christian Buteler, que lo resumió con claridad: «El Tesoro americano vende 2.000 millones de dólares, después le da un crédito al BCRA para recomprarlos sin mover el precio y embolsa una ganancia sustancial. Esta sí es una masterclass, con la tuya».

Pese a la coincidencia generalizada de que el Banco Central debe acumular reservas para tener poder de fuego y frenar una eventual corrida cambiaria, lo que en realidad ocurre es que lo que acumula son deudas. En abril salvó al gobierno de Milei el FMI otorgándole un crédito cuya devolución en tiempo y forma es, por lo menos, improbable. Hace algunas semanas el salvavidas lo arrojó el Tesoro norteamericano, que ya se cobró el favor en exceso. Lo que se observa es que no quedan alternativas de salvataje, lo que prueba la enorme fragilidad de la economía argentina actual.

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