Momento crucial para la acción sindical

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jueves, 6 de noviembre de 2025 01:54

Con un Gobierno envalentonado por el legítimo respaldo de las urnas, que fijó como prioritario avanzar con varias reformas, entre ellas la laboral, el conjunto de trabajadores demanda la urgente entrada en escena del sindicalismo. Con sus puntos fuertes y débiles, la organización obrera es la única herramienta con la que cuentan los asalariados para defender sus derechos. Precisamente, una de las claves de la iniciativa libertaria es habilitar acuerdos directos entre empresas y empleados, cuyo peso legal quedaría por encima de los convenios generales que cierra cada sector, con lo cual la esencia de la acción gremial quedaría virtualmente desarticulada. Dispersos y divididos, los trabajadores pueden convertirse en presa fácil para que los devoren.

Eso no significa que no haya que hacer ninguna reforma o que no haya actualmente claras falencias y abusos, como la industria del juicio que tanto perjuicio ha causado en fuentes laborales. Pero toda reforma debe partir del diálogo, la discusión y el consenso con todas las partes interesadas. Un Estado al servicio del empresariado no ayuda a resolver ningún problema de fondo, lo que requiere que los trabajadores estén, más que nunca, unidos y organizados. Y en consecuencia que se sienten en la mesa de discusión para contribuir en el proyecto que quede a consideración de los legisladores.

Para ello es esencial el ordenamiento de la Confederación General del Trabajo (CGT), que justamente ayer resolvió la conformación de su nueva conducción, en un congreso no exento de disputas y malestares. Por caso, quien perdió y se retiró anticipadamente fue el catamarqueño Luis Barrionuevo, quien proponía un unicato conductor en reemplazo del tradicional triunvirato. Como su moción tuvo un amplio rechazo, simplemente se fue. Eso puede ser parte de las idas y vueltas de la vida institucional cegetista, pero también es importante que los roces terminen allí. Ante los momentos cruciales que se vienen, una representación de trabajadores dividida -y por ende debilitada- sería la mejor noticia para quienes buscan avanzar sobre derechos ya adquiridos. La CGT está en deuda con la masa de trabajadores. En ocasiones pecó de acomodaticia, sumisa, tibia o como mínimo ineficaz, tanto en la gestión de Mauricio Macri como en el actual mandato libertario. El margen de acción se reduce y, si no asume ahora su responsabilidad plenamente -dejando a un costado diferencias internas-, la derrota de sus representados puede cruzar un punto sin retorno en materia de derechos laborales.

El Esquiú.com

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