sábado, 25 de octubre de 2025 19:00
Graciela Alfano volvió a ocupar los titulares, esta vez por un tema que nada tiene que ver con el glamour ni con los escándalos mediáticos que marcaron su carrera. La ex vedette y actriz reveló que atraviesa un momento delicado de salud, luego de sufrir un brote de herpes zóster, enfermedad también conocida como culebrilla.
“Me dio un brote de herpes zóster”, confesó con total sinceridad, dejando en claro que no se trata de un simple malestar. “Ya había tenido esto en el cuerpo y ahora me agarró en la cara”, agregó, sorprendiendo a sus seguidores, que rápidamente se preocuparon por su estado.
El herpes zóster, una reactivación del virus de la varicela, puede generar un sarpullido doloroso, ardor y fuertes molestias en los nervios faciales, algo que Alfano explicó con lujo de detalle. “Se pone bravo cuando te empiezan a doler los nervios faciales. A los que padecemos esto, les digo que es muy horrible, pero estoy fuera de peligro”, sostuvo la artista, siempre frontal y sin filtros.
Graciela también contó que el virus reapareció en un momento de estrés y agotamiento emocional, factores que suelen detonar este tipo de cuadros. “Fue una mezcla de cansancio, presión y un poco de angustia. Cuando el cuerpo te pide frenar, no hay vuelta atrás”, reconoció.
A pesar del malestar, la ex jurado del Bailando no perdió su chispa ni su sentido del humor. “Ya me puse la cintita roja, cualquier cosa con que se me vaya”, bromeó, mostrando que aún en los momentos más difíciles, conserva su espíritu positivo y su característico toque de ironía.
En medio de su recuperación, Alfano también explicó por qué decidió no asistir al casamiento de Matías Alé con Martina Vignolo, a pesar de haber sido invitada. “Él me invitó, pero me pareció que ese día era de ellos y no debía ser yo el centro de atención, que era lo que irremediablemente iba a suceder”, señaló con elegancia, dejando ver que mantiene una relación cordial pero distante con su ex.
Hoy, la diva atraviesa un proceso de sanación física y emocional. “Estoy aprendiendo a escuchar más a mi cuerpo y a no forzarme tanto”, confió. Y aunque el herpes la obligó a frenar, Graciela sigue firme en su propósito: vivir con luz, humor y sin perder la sonrisa, incluso cuando el espejo le devuelve el reflejo de la lucha.
