viernes, 24 de octubre de 2025 17:00
La historia entre Mauro Icardi y Wanda Nara parece no encontrar un punto de equilibrio. Mientras él continúa instalado en Estambul, donde se lo vincula a la China Suárez, la situación judicial por la tenencia de sus hijas se complica cada día más. En medio de versiones cruzadas y tensiones emocionales, el vínculo con las niñas parece atravesar su etapa más frágil.
En el programa A la Barbarossa, Analía Franchín reveló detalles del informe realizado por la licenciada Mattera, del Ministerio Público Tutelar. Según el documento, Mauro Icardi mantuvo contacto con sus hijas solo dos veces en el último mes, una con cada una, y ambas conversaciones fueron con resistencia de las niñas. A pesar de los intentos por restablecer el vínculo, las menores se mostraron reacias a continuar el diálogo.
La panelista destacó que, en este proceso, Wanda Nara colaboró activamente con las profesionales para facilitar los encuentros. Sin embargo, las niñas manifestaron que no querían hablar con su padre por distintas razones: “no tienen ganas, están ocupadas o no se sienten bien”. Según el informe, la madre se ocupa de mantener informados a los especialistas sobre todas las actividades de las pequeñas, enviando material audiovisual y reportes periódicos.
El conflicto se profundizó cuando salieron a la luz audios en los que las hijas expresaron su negativa a comunicarse con Mauro Icardi. Los motivos principales serían dos: la insistencia del jugador en llevarlas a vivir a Turquía y el malestar que les generan las imágenes de su padre junto a los hijos de la China Suárez.
“Cada vez que él habla con ellas les dice que se irán a vivir con él a Estambul, y eso las angustia”, explicó Analía Franchín. Además, mencionó que las niñas están en espacios terapéuticos, con el compromiso de Wanda de garantizar la continuidad del tratamiento.
La distancia geográfica y emocional parece haber marcado un antes y un después en esta familia. Mientras la empresaria se enfoca en el bienestar de sus hijas, el exdelantero enfrenta un escenario judicial y afectivo que se vuelve cada vez más complejo.
En este contexto, el amor propio y la estabilidad de las niñas se posicionan como prioridad. La relación entre Mauro Icardi y sus hijas pende de un hilo, y todo indica que el desenlace podría no ser favorable para él.
