El Barrio de los Profesionales, ubicado en la zona sur de la Capital catamarqueña, fue entregado el pasado 19 de septiembre a través de un convenio entre el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) y cinco colegios profesionales. Las casas fueron destinadas a distintos trabajadores del sector, como médicos, arquitectos, abogados y kinesiólogos.
A menos de un mes de la entrega, los adjudicatarios denuncian graves fallas en la construcción, problemas de infraestructura y diferencias en las condiciones de adjudicación. Según detallan en una nota presentada al IPV —que fue rechazada el 8 de octubre desde mesa de entrada—, las viviendas presentan impermeabilización incompleta, paredes fuera de escuadra, veredas con fisuras, falta de cisterna y pérgola, además de calles intransitables.
También reclaman la baja calidad de aberturas, griferías y artefactos, y que la estructura se realizó con hierro de 8 mm en lugar de 10 o 12, lo que impide proyectar una ampliación a futuro. “Hoy nos toca afrontar gastos no previstos para poder habitar las casas: comprar una cisterna, construir veredas de ingreso, asegurar las aberturas y reparar detalles estructurales”, remarcaron.
Las unidades fueron adjudicadas con una entrega inicial de 10 millones de pesos, a lo que se suman cuotas elevadas que, en algunos casos, superan el 50% de los ingresos mensuales. “Mientras a determinados beneficiarios se les entregaron viviendas gratuitas o con cuotas menores, a quienes somos profesionales se nos exigió una entrega alta, incluso accediendo a créditos para poder cumplir”, plantearon.
Durante la presentación oficial, las obras fueron difundidas como “viviendas adaptables y con infraestructura completa”, con termotanques solares, cocinas equipadas y un diseño ampliable pensado para el confort y la eficiencia energética. Además, se aseguró que el barrio contaba con redes de agua y cloacas, electricidad, iluminación pública, veredas y cordón cuneta.
Sin embargo, los vecinos reclaman que actualmente el suministro de agua y electricidad sigue siendo de obra, lo que agrava las dificultades diarias. Ante esta situación, solicitaron una audiencia con el ministro Fidel Sáenz y la presencia de inspectores del Ministerio de Vivienda y Urbanización para verificar el estado de las unidades.
A los reclamos por las condiciones de las viviendas se suma una ola de robos que afecta a distintos sectores del barrio. Según indicaron, ya se produjeron al menos 17 hechos delictivos desde la entrega. “Una tarde robaron tres casas, se llevaron hasta las cocinas”, contaron.
En una de las viviendas, los ladrones rompieron las puertas de entrada y dormitorios, cortaron la manguera de una garrafa de 15 kilos que también se llevaron, y sustrajeron un televisor, un decodificador y el módem de internet. “Hasta destruyeron la alarma”, señaló uno de los damnificados.
Los vecinos destacaron el trabajo policial, aunque reconocen que la unidad “está desbordada ante la cantidad de hechos”. Frente a esto, decidieron contratar una empresa de seguridad privada para resguardar las viviendas.
“La casa propia para muchos de nosotros era un sueño; a Dios gracias pudimos acceder. Pero se ve embarrada nuestra alegría por malvivientes que destrozan la casita para robar cosas innecesarias para ellos. Desde un Estado que solo deseaba una buena foto para complementar sus ideales… solo deseamos estar en paz, con los servicios básicos y sin estar alertas las 24 horas por miedo a ser atacados”, expresó a INFORAMA uno de los vecinos.