El Programa de Atención Médica Integral (PAMI) dispone de servicios en Centros de Día destinados a personas que superan los 60 años. Estos espacios atienden a adultos que son autoválidos, presentan fragilidad o tienen una dependencia leve o moderada para desarrollar actividades de la vida diaria. Asimismo, existen Centros de Día Especializados para aquellos con diagnóstico de deterioro cognitivo, Alzheimer u otras demencias en estadio inicial o moderado.
Los afiliados tienen la posibilidad de realizar la gestión de manera personal o asistidos por un familiar o representante. El procedimiento comprende una entrevista de evaluación social y la presentación de documentación específica. Quienes estén interesados deben pedir un turno en la agencia de PAMI que les corresponda, lugar donde se les entregará el formulario de solicitud de la prestación.
Centros de día de PAMI: documentación necesaria para la inscripción
Para poder utilizar los servicios de los Centros de Día, los afiliados deben presentar la siguiente documentación:
El trámite se inicia con la solicitud al médico de cabecera para que complete el Anexo IV-Informe Médico, en el cual se describe el estado de salud y el tipo de contención sociosanitaria que se recomienda. Posteriormente, se debe pedir una cita en la agencia de PAMI para la entrevista social. Es fundamental acudir con toda la documentación exigida y sus respectivas copias.
Diferencias entre un centro de día y una residencia para adultos mayores
Los centros de día ofrecen atención durante la jornada a personas de la tercera edad que no necesitan supervisión médica permanente. Proporcionan un entorno seguro para socializar, participar en actividades recreativas y conservar su autonomía. Los usuarios retornan a sus viviendas al concluir la jornada.
Las residencias, por el contrario, brindan atención durante las 24 horas. Los residentes viven en el establecimiento y cuentan con habitaciones individuales que pueden personalizar. Estas instituciones se centran en la atención sanitaria y la asistencia personal continua.
Los centros de día cubren necesidades particulares como movilidad reducida o ayuda para tareas cotidianas. Prestan servicios como comidas, terapia ocupacional, actividades físicas y cognitivas, transporte y atención personalizada. La decisión entre un centro de día y una residencia depende de las necesidades individuales y del grado de independencia de la persona mayor.