La diputada Cecilia Moreau, de Unión por la Patria (UxP), percibió este miércoles que el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, se había ausentado por unos minutos justo cuando se alcanzó el quorum. Aprovechando la situación, Moreau se acercó rápidamente al estrado, lo ocupó y abrió la sesión para tratar los vetos del presidente Javier Milei, mientras legisladores afines a la oposición festejaban y aplaudían.
La posibilidad de asumir el control del recinto se dio porque Moreau es la vicepresidenta 1° de la Cámara baja. Según sus palabras: «Con la presencia de 132 diputados y diputadas queda abierta la sesión especial conforme al requerimiento efectuado en número reglamentario».
Mientras pronunciaba su discurso de apertura, Menem apareció detrás de Moreau, se colocó el saco y permaneció al costado de su lugar sin interrumpirla hasta que finalizó el formalismo. «Invito a la diputada nacional Varinia Lis Marín por el distrito de La Pampa a izar la bandera en el mástil del recinto mientras entonamos las estrofas del himno nacional argentino», concluyó la legisladora. Cuando Menem retomó el estrado, se saludaron cordialmente.
En los videos, se ve cómo previamente Moreau se paró de su banca y salió corriendo para ocupar el sillón de Menem, antes de dar por iniciada la sesión.
Diputados rechazó los vetos de Milei a ley de emergencia en el Garrahan y financiamiento universitario
En la sesión, la Cámara de Diputados rechazó los vetos del Poder Ejecutivo sobre las leyes de emergencia pediátrica y financiamiento universitario. El quorum se alcanzó con 132 legisladores sentados, sin la presencia de los libertarios ni de la mayoría del bloque PRO. Afuera del Congreso, organizaciones sociales, gremios y partidos políticos acompañaron la jornada.
Minutos después de las 17 horas, la oposición, con apoyo de algunos exaliados del oficialismo, logró aprobar ambas leyes por amplia mayoría. La ley de emergencia pediátrica obtuvo 181 votos a favor, 60 en contra y una abstención, mientras que el financiamiento universitario consiguió 174 votos a favor, 67 en contra y 2 abstenciones.
El próximo paso será el tratamiento en el Senado, donde los libertarios son minoría, lo que deja pocas chances de que puedan impedir que los vetos sean rechazados definitivamente.
La ley de emergencia pediátrica contempla una recomposición salarial para todo el personal del área, elimina el impuesto a las ganancias sobre guardias y horas extras, autoriza compras directas de insumos y financiamiento con fondos de contingencia. Además, fortalece las residencias médicas y establece que se financiará mediante una reasignación de fondos y el uso de reservas.
Por su parte, el proyecto de financiamiento universitario garantiza una actualización automática por inflación para los gastos de funcionamiento, hospitales universitarios y partidas de ciencia y tecnología, con retroactividad a 2024 y ajuste bimensual. También establece un aumento salarial inicial del 40,8%, paritarias trimestrales y subas mensuales ligadas al IPC, además de la recomposición de becas y auditorías de la AGN.
¿Cómo se gestó la derrota de Javier Milei con los vetos al Garrahan y universidades?
Dado que ninguno de los dos temas pasó por las comisiones y no tienen dictamen, el reglamento dispone que se debe habilitar su tratamiento «sobre tablas», lo que requiere una mayoría de dos tercios, igual a la que se necesita para revertir cualquier veto. El arco opositor lo alcanzó cómodamente.
Fuentes de la oposición consultadas por iProfesional resaltaron que ese primer paso como un buen augurio de cara a la votación y malo para el Gobierno. Y es que el giro de fondos que dispuso Milei para las provincias de Santa Fe, Misiones, Chaco y Entre Ríos, más los contactos de Catalán con los gobernadores de Mendoza, Salta y Tucumán en los últimos días había puesto en duda las chances de la oposición de alcanzar la mayoría suficiente para voltear los dos vetos.
Pocas horas antes de la sesión, en los bloques opositores deslizaban que la insistencia sobre la ley del Garrahan estaba prácticamente asegurada pero que los números para la votación sobre el financiamiento universitario estaban «bastante más justos». Finalmente, lograron torcer esa situación a su favor.
Finalmente, la derrota se concretó con el voto de varios ex aliados del Gobierno. En las dos leyes fueron contra el veto los tres diputados del gobernador tucumano Osvaldo Jaldo -otro de los que fue visitado por el ministro Catalán el fin de semana pasado- junto a la salteña Pamela Calletti que responde a Sáez y los misioneros del bloque Innovación Federal, que siguen órdenes Carlos Rovira, mandamás de esa provincia que fue una de las que recibió fondos frescos del Ejecutivo.
Además, los radicales «con peluca» (apodo que les quedó por su cercanía a Milei) que conforman el bloque Liga del Interior se dividieron: Martín Arjol votó a favor en universidades y en contra de la ley del Garrahan y su colega Mariano Campero hizo lo mismo pero a la inversa
En tanto, la bancada del PRO también se dividió. De sus 35 diputados hubo 6 que votaron en contra del veto en el tema de las universidades y 9 hicieron lo propio en emergencia pediátrica. Algunos como Silvia Lospennato y Héctor Baldassi se posicionaron a favor de la insistencia con las dos leyes mientras otros alternaron, como María Eugenia Vidal, que votó positivamente en la primera y se abstuvo en la segunda.
¿Qué implicancias tiene para el Gobierno el nuevo revés de Diputados?
En cualquier caso, la amplia mayoría que reunió la oposición tuvo un aporte clave de los diputados que responden a gobernadores que han apoyado al oficialismo antes de la campaña electoral -que alejó a varios de ellos- y de que escalara la pulseada por los fondos que la Nación le adeuda a las provincias.
El rechazo de los dos vetos en Diputados es un duro golpe para el gobierno de Milei. En primer lugar porque la insistencia en ambas leyes quedó casi asegurada de cara al próximo debate que tendrá el Senado, donde la oposición es todavía más numerosa y la bancada oficialista está en franca minoría.
Pero además, porque el resultado expuso el fracaso de la estrategia conciliadora que empezó a desplegar Milei tras la derrota en las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre. El último lunes en cadena nacional el Presidente anunció que el proyecto de Presupuesto 2026 contempla un aumento de $4,8 billones en la partida para las universidades nacionales además de un 17% en salud, con la clara intención de influir en este debate y torcer a último momento alguna voluntad.
En paralelo el ministro de Economía, Luis Caputo, autorizó el giro de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) por $12.500 millones para las provincias de Chaco, Santa Fe, Entre Ríos y Misiones. Se trata de fondos que reclaman los gobernadores hace meses. Esto formó parte del intento del Gobierno por reconstruir los puentes con jefes provinciales que solían jugar de aliados pero se alejaron.
Sin embargo, en la votación quedó a la vista que no tuvo efecto. El revés para los dos vetos puso en duda la efectividad del cambio de tono y las mínimas concesiones que empezó a mostrar el Presidente, quien incluso en su discurso por cadena nacional pidió buscar «consensos», algo inédito para su estilo.
A eso se le suma la masiva movilización al Congreso de las universidades y los médicos, a la que adhirieron la CGT y varios partidos políticos, que sugiere que la presión «de la calle» fue más que la «rosca» política que ensayó la administración libertaria.