El 25 de agosto de 2025 quedará marcado como una fecha especial para la devoción mariana en Catamarca. Ese día, diez personas provenientes de la ciudad de Junín, Buenos Aires, lograron concretar una promesa hecha en 2016: instalar una ermita con la imagen de la Virgen del Valle a más de 5.000 metros sobre el nivel del mar, en la Cordillera de San Buenaventura. La emoción fue inmensa al ver a la “Morena del Valle” entronizada en ese paraje silencioso e imponente.
El origen de esta historia se remonta a vivencias personales que los integrantes interpretaron como milagrosas. Lo que comenzó como una promesa entre amigos que hacían travesías en vehículos 4×4, se transformó en una peregrinación cargada de simbolismo. Tras recorrer más de 1.700 kilómetros, el grupo, ahora ampliado e integrado por hombres y mujeres, cumplió su palabra y dejó una imagen de la patrona catamarqueña custodiando las alturas andinas.
Pero esta no es la primera vez que los llamados “16 Solidarios” expresan su compromiso con Catamarca. Durante años han recorrido zonas alejadas del departamento Tinogasta, llevando donaciones a familias vulnerables, y se convirtieron en padrinos de la Escuela N° 56 de Punta del Agua. Allí ayudaron a construir una biblioteca, una sala de informática y entregaron recursos clave para mejorar la calidad educativa de niños y niñas de esa comunidad.
Ahora, su legado trasciende la acción social y se convierte también en un testimonio de fe. La ermita de la Virgen del Valle en San Buenaventura no solo es un gesto espiritual, sino también un nuevo símbolo cultural y turístico para la región. Desde lo alto, la imagen representa la devoción de quienes creen que la fe no solo mueve montañas, sino que también puede habitar en ellas.
Con información e imagen de Multimedios Abaucán.