Murió Estela del Valle Ávalos, docente y florista que mantuvo viva una tradición de más de 120 años

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La tradición floral tuvo su inicio con Luisa Actis de Ávalos, pionera que a comienzos del siglo XX abrió en calle Rojas al 100 un espacio único en Catamarca. Con el paso del tiempo, aquel emprendimiento familiar se transformó en referencia provincial y continuó bajo la conducción de su hijo, Víctor Manuel Ávalos, quien lo bautizó como “Vivero y Florería Santa Rosa”.

A partir de la década del 60, Estela del Valle Ávalos tomó la posta y trasladó el vivero a calle Rojas 152. Allí lo sostuvo durante más de medio siglo con constancia y cercanía con los vecinos. Su vida no solo estuvo ligada a las flores: en los años 80 y 90 fue directora del Colegio Santa Rosa de Lima en el nivel primario, donde dejó una marca imborrable en la formación de numerosas generaciones.

La florería cerró en 2020, después de más de 120 años de existencia. Ese cierre ya anunciaba el fin de una tradición que había acompañado celebraciones, despedidas y momentos importantes en la vida de la comunidad. Con el deceso de Estela, se apaga también la continuidad de un espacio que trascendió lo comercial para convertirse en símbolo de memoria y afecto.

El legado de Estela del Valle Ávalos une tres pilares: la docencia, la fe y la tradición artesanal de la florería. Su historia refleja la fuerza de una familia que marcó la identidad cultural de Catamarca y que, durante más de un siglo, mantuvo viva la belleza de un oficio ligado a la vida cotidiana y emocional de la provincia.

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