El fiscal de Instrucción N°5, Hugo Costilla, solicitó el apartamiento del fiscal Augusto Barros como acusador del Jury de Enjuiciamiento en su contra por la causa Wika, ante la “falta de objetividad, sospecha fundada de parcialidad y falta de idoneidad técnica”, y que además se suspenda el debate previsto para el lunes próximo hasta que se resuelva el planteo.
Costilla basó su presentación en un “hecho nuevo”: la denuncia por «connivencia directa entre el fiscal acusador con una parte interesada en el proceso«. Es decir, en directa alusión a Arturo Herrera Basualdo, quien fue asistente técnico del denunciante Cristian Guillou en un proceso penal previo y ahora actúa como “asesor y consultor del Dr. Barros, mientras ocupa el cargo de Secretario Relator de un ministro de la Corte de Justicia”, Jorge Bracamonte, el último juez designado en el máximo tribunal.
A criterio de Costilla, tal hecho constituye «una gravedad inusitada» y pone en duda la imparcialidad de Barros, por cuanto lleva a la «imposibilidad de que la Fiscalía sea representada por una persona sobre la cual se ha tomado conocimiento de la supuesta influencia por parte de una de las partes del proceso».
La referencia concreta es el escándalo judicial generado por la denuncia presentada el martes último contra Barros y Herrera Basualdo, debido a que el segundo envió un mail con pliegos de preguntas a realizar a dos testigos en el Jury contra Costilla por supuesto mal desempeño en la causa Wika, un proceso que debería comenzar el lunes 1 de septiembre.
En el pedido de recusación o apartamiento de Barros, Costilla destacó como argumentos la vinculación política de Barros con el partido gobernante (fue apoderado del PJ) y su inexperiencia judicial, por cuanto su designación como fiscal de Cámara se dio «sin concurso previo ni carrera judicial alguna». Esto, sumado a su «inexistente trayectoria judicial (demostrada hoy por la necesidad de ayuda surgida a través de la asesoría y consultoría recibida por el Dr. Herrera Basualdo) genera una sospecha de parcialidad”.
En la presentación realizada por Costilla a través de su abogado defensor, Daniel Ortega, subraya que el fiscal, como parte acusadora que representa los intereses de la sociedad, debe actuar con «objetividad y lealtad procesal». La «imparcialidad del fiscal es fundamental para garantizar la transparencia y la justicia en todo proceso», y «el fiscal no solo debe ser objetivo, sino que además debe parecerlo».
Costilla ya había presentado en junio pasado un planteo similar de recusación o apartamiento de Barros del Jury, pero el Tribunal se lo rechazó por improcedente. Ahora insistió con los mismos argumentos originales más los surgidos con el escándalo de los correos electrónicos entre Herrera Basualdo y Barros.
En este sentido, solicitó al Tribunal de Enjuiciamiento que en primer término aparte al fiscal Barros del proceso y, en segundo, disponga la suspensión del debate previsto para el próximo lunes. Y que además, considere la iniciación de actuaciones de oficio en contra de Barros, tal como establece la Ley 4247 de Enjuiciamiento de Magistrados.
“Es un amigo”
Este miércoles por la mañana, el fiscal Barros llegó al edificio del Ministerio Público Fiscal ubicado en Virgen del Valle y Gral. Roca con ropa informal. Según dijo a Radio Valle Viejo, no estaba trabajando porque se encontraba con licencia por “razones particulares”.
Y se negó a dar declaraciones acerca del hecho que lo tiene en el centro de la escena, el supuesto “asesoramiento” del secretario relator del ministro Bracamonte y ex patrocinante del empresario Guillou en el caso Wika.
Si bien aseguró desconocer si existe una medida administrativa abierta en la Procuración General en su contra por el escándalo, Barros lanzó una frase sugestiva: “Es un amigo el que mandó el mail”, dijo y se disculpó por “no opinar” más.