sábado, 16 de agosto de 2025 00:52
En el Complejo Urbano Girardi, se realizó la primera conferencia del Ciclo de Formación Turística “Compartiendo Saberes”, en la que un nutrido público participó de la charla del historiador Marcelo Gershani Oviedo sobre las “Nuevas miradas sobre la historia de la ciudad de Catamarca”.
Gershani Oviedo, uno de los más destacados investigadores locales mantuvo al público atónito e interesado en los datos reveladores de la historia catamarqueña que permitieron, por ejemplo, la fundación de la provincia o generar la devoción por la Virgen del Valle hoy reconocida mundialmente.
“La idea de esta conferencia fue vincular los contenidos de investigación de nuestro trabajo en Universidad Nacional de Catamarca, con el turismo y relacionar conceptos como el turismo cultural, turismo religioso y el patrimonio tangible e intangible. Lo que busqué es presentar algunos puntos para que los guías de turismo tengan información sobre, por ejemplo, en tema que interesa mucho cómo es el proceso fundacional de Catamarca”.
En este sentido, la ponencia relató todo el proceso histórico que marcó a Catamarca como un caso, casi excepcional, entre las fundaciones de las ciudades capitales de provincias argentinas, especialmente del Noroeste.
Desde 1558, donde comenzaba a gestarse la historia provincial en Londres- Belén, para luego continuar con los intentos de asentamiento institucional en 1683, generó el interés del público ante una sentencia determinante: “Hubo una resolución del rey donde ordenaba suspender la Fundación de Catamarca, por lo tanto y de acuerdo de ese documento, Catamarca no tendría que haber existido”, comentó y agregó: “Pese a ello, Mate de Luna la funda y el hecho consumado determina que la ciudad continúe. Sin embargo los chacareros de la época que vivían en el Valle Viejo en aquel entonces se resisten a ocupar el espacio donde hoy está la ciudad Capital, es decir, esa cuestión de complejidad también marca un tono de identidad original”.
La charla indagó sobre el sentido identitario, el fervor por la devoción mariana, el poder de las familias patriarcales, coloniales y los rasgos mestizos que identifican a la mayoría de los habitantes de Catamarca.