El 10 de agosto también se conmemora a Santa Filomena, una joven mártir de la Iglesia primitiva cuya devoción se extendió de manera extraordinaria en el siglo XIX. Se dice que Filomena fue una princesa griega que vivió en el siglo III y que, a una edad muy temprana, consagró su virginidad a Cristo. Cuando rechazó la propuesta de matrimonio del emperador romano, este la sometió a crueles torturas.
Milagros de Fortaleza y Fe
A pesar de ser flagelada, lanzada al Tíber con un ancla y asaeteada, Santa Filomena sobrevivió milagrosamente a cada tortura. Un ángel la curaba de sus heridas, lo que enfurecía aún más al emperador. Finalmente, fue decapitada, convirtiéndose en un mártir por la fe. Sus reliquias, descubiertas en 1802 en las catacumbas de Priscila en Roma, fueron un catalizador para una gran devoción popular y se le atribuyen numerosos milagros.
El Legado de la Fe Pura
Santa Filomena es la patrona del rosario viviente y de las almas del purgatorio. Su vida y martirio son un testimonio de la pureza y la fortaleza de la fe, y un recordatorio de que la gracia de Dios puede prevalecer sobre cualquier persecución. Su festividad es un día de gran devoción para los fieles que buscan en ella un modelo de valentía y entrega.
Oración
Oh, gloriosa Santa Filomena, virgen y mártir, que con tu fe y valentía nos inspiras, ruega por nosotros para que, siguiendo tu ejemplo, seamos fieles a Cristo hasta la muerte. Amén.
Este artículo forma parte de nuestro especial ‘Fe y Devoción en Agosto’. Descubri la guía completa del santoral del mes haciendo clic aquí.