La noticia impactó en el mundo River: Sebastián Driussi quedó descartado para el clásico del sábado ante Independiente y su presencia en el duelo de ida frente a Libertad por los octavos de final de la Copa Libertadores también está en duda. El delantero, que sufrió un fuerte esguince en el tobillo izquierdo, no logró completar las exigencias físicas que le permitirían regresar a la competencia y su evolución será evaluada día a día.
Pasaron ya 49 días desde aquel fatídico “me rompí todo” que el propio Driussi lanzó tras convertir ante Urawa Red Diamonds en Seattle. Si bien el diagnóstico final llevó tranquilidad al descartarse una rotura, el parte médico confirmó una lesión de gravedad: un esguince severo del ligamento interno que demandaría al menos dos meses de recuperación.
En ese contexto, la ilusión por un regreso anticipado comenzó a tomar fuerza con los avances iniciales del tratamiento. Sin embargo, cuando el atacante intentó aumentar la carga de trabajo, reaparecieron las molestias y el cuerpo técnico decidió frenar cualquier intento de aceleración. El delantero no logró entrenarse a la par del grupo en la semana y debió enfocarse nuevamente en trabajos de gimnasio y kinesiología.