Yayo Guridi reveló desafíos al grabar su próxima serie. Atribuyó sus deslices a Darío Barassi. «Darío me sacaba de pista muy muy fácil«, confesó. La serie, filmada con «cámara de cine», exigía cordura, pero la interacción entre ambos prometía risas constantes.
Guridi explicó su problema personal: «soy muy de no poder soportar la risa«. Esta tendencia incontrolable a la carcajada obligó a «cortar tomas«. La espontaneidad del humor, especialmente con Barassi, puso a prueba su profesionalismo, evidenciando su vulnerabilidad ante la tentación.
Para combatirla, Yayo desarrolló una técnica particular: «cuando deseo mucho reírme en una escena me muerdo, o sea, junto mis dientes, fracturo, aprieto absolutamente la mandíbula«. Esta estrategia le «funcionó muchos años«. Con humor, añadió que le genera «mucho laburo al dentista«.
La situación empeoraba cuando Barassi mismo estaba a punto de reírse. Guridi dijo que verlo tentarse era un detonante: «verlo tentado era una de las mejores cosas«. El problema es que a Barassi «le sale la risa por los ojos«, una manifestación que Yayo no puede disimular.
LA CONFESIÓN DE YAYO GURIDI SOBRE DARÍO BARASSI
Mantener la compostura era difícil por el ritmo «de cine». Grabada con «cámara de cine«, implicaba menos margen de error. Yayo lamentó no controlar su expresión, ya que «se te alcaguetea toda la cara de que Ay es genial«. Esta lucha interna, provocada por Barassi, fue clave.
A pesar de los desafíos, Yayo Guridi expresó entusiasmo por el proyecto. Concluyó deseando que la serie pronto «se estrene y la gente la acompañe«. Los espectadores esperarán ver el resultado de esta dinámica, donde la tentación de la risa fue tan protagonista como la actuación.