El ciclo de Marcos Rojo en Boca ya está terminado, aunque en los papeles todavía no se haya formalizado. Sin minutos en el Mundial de Clubes, sin lugar en el equipo y con un vínculo desgastado con la dirigencia y el cuerpo técnico, el ex capitán se entrena a diario en Ezeiza, aunque sin perspectivas de volver a jugar.
La tensión conMiguel Ángel Russo, que terminó de marginarlo en Estados Unidos, marcó el punto de quiebre. Incluso, en el último fin de semana, Rojo publicó dos fotos entrenando en Boca Predio acompañadas por letras del tema “Cuando me ven” de Mike Towers, en lo que muchos interpretaron como un mensaje dirigido al DT y al club.
«Sin la ayuda de ustede’ yo progresé / Cuando me bendicen no puede ser / Dio’ me bendice, pero Lucifer / ‘Tá buscando que yo pierda la fe«, dice una de las frases que eligió el defensor de 35 años. Y también: «Los mío’ preguntándome qué hay que hacer / Las babie’ llamando, lo quieren hacer / Me celan porque como yo quieren ser / Y no pueden ni volviendo a nacer«.
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Las preguntas se multiplican: ¿estaba dedicado a Boca? ¿Al Consejo de Fútbol o al propio Riquelme, con quien la relación ya venía rota? ¿O tal vez fue para Estudiantes, el club donde también quedó envuelto en cortocircuitos recientes, pese a los intentos de regresar?
El exjugador del Manchester United ya ha utilizado sus redes anteriormente para publicar imágenes que generaron ruido. Hace unas semanas, compartió fotos junto a jugadores de Estudiantes y también de Gimnasia, lo que fue leído como un movimiento provocador. Y cuando se habló de una posible llegada al Lobo, salió a aclarar que eso no iba a ocurrir.
Su presente en Boca es incómodo para todos. Rojo no será tenido en cuenta por Russo, pero al mismo tiempo sigue entrenando. Aunque hace trabajos con pelota, no integra ni siquiera los equipos que el DT prueba en las prácticas. La discusión entre ambos en EE.UU. habría comenzado cuando el entrenador le sugirió que, si no estaba a gusto, podía buscar otro destino.
El problema: no hay ofertas concretas. Ni de Estudiantes, que se despegó después de la intervención pública de Verón, ni delInter Miami, con quien se lo vincula hace tiempo por su amistad con Messi. Tampoco desde otros mercados.
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Mientras tanto, el Consejo de Fútbol fue claro: los jugadores que no serán utilizados pueden irse, pero solo si dejan algo de dinero. Rojo tiene contrato hasta diciembre de 2025 y no piensa rescindir sin arreglo.
Así, mientras su salida se cocina a fuego lento, el defensor continúa entrenando sin jugar, sin hablar y lanzando mensajes sugestivos. Una figura que fue referente, hoy queda como una presencia incómoda y una salida que parece inevitable, pero no se termina de concretar.