Una nueva denuncia por robo en una iglesia volvió a generar indignación y preocupación en el departamento Fray Mamerto Esquiú. Esta vez, la capilla San Francisco de Asís, ubicada en Pomancillo Este, fue blanco nuevamente de delincuentes que sustrajeron parte de la infraestructura del templo. Bibiana Burgos, una de las encargadas de la capilla, dialogó con El Ancasti y explicó que los delincuentes rompieron y robaron caños del sistema de desagüe del techo que habían sido colocados recientemente. “Hace unos días colocamos los caños para evitar que entre humedad dentro de la iglesia, porque había filtraciones. Justo estos días estábamos haciendo trabajos de revoque en las paredes exteriores y fue ahí cuando se metieron, los arrancaron y algunos los quebraron. Otros directamente se los llevaron”.
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Burgos detalló además que el daño no fue solo material, sino que afectó doblemente el esfuerzo de la comunidad: “Compramos los caños, los robaron. Volvimos a comprar y los volvieron a robar. Algunos los dejaron destrozados, quebrados, tirados en el suelo”.
Según indicó, el templo ya había sido víctima de otros hechos similares. “El año pasado rompieron una ventana y se llevaron varias sillas. Antes de eso, robaron las campanas, y también rompieron el cercado perimetral del lado norte, por donde entran estos malvivientes a hacer sus fechorías”, recordó.
Con evidente consternación, Burgos expresó el sentimiento que genera este nuevo episodio en la comunidad. “Estamos con mucho dolor, mucha tristeza. Todo lo que hacemos es a pulmón, con la colaboración de personas de buena voluntad. Nos cuesta muchísimo conseguir las cosas, y que pase esto nos desanima”, aseguró.
Las Iglesias siguen siendo el blanco
Este hecho se suma al robo ocurrido días atrás en la iglesia Santa Bárbara, en Pomancillo Oeste, donde fueron sustraídos los sanitarios del templo. En ambos casos, las comunidades afectadas insisten en la necesidad de mayor presencia policial y medidas de seguridad para proteger estos espacios.
En los últimos meses, El Ancasti ha informado sobre diversos hechos vandálicos en iglesias del departamento, muchos de los cuales incluyeron el robo de campanas de bronce, roturas en cercos perimetrales y daños en bienes de uso litúrgico y comunitario.
Hasta el momento no se conocieron avances significativos en las investigaciones, y vecinos reiteran el pedido de intervención por parte de las autoridades. Mientras tanto, las comunidades continúan realizando esfuerzos por reparar los daños y preservar estos espacios de valor espiritual y social.