El conservador Karol Nawrockiha ganado por un estrecho margen la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Polonia, con el 50,89% de los votos frente al 49,11% del centro progesista y alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski.
Esta ajustada victoria representa un duro golpe para el gobierno centrista proeuropeo del primer ministro Donald Tusk, y presagia un período de bloqueo político. Nawrocki, respaldado por el partido conservador Ley y Justicia (PiS), es un historiador de 42 años y nuevo en la política.
Su triunfo refuerza a las fuerzas conservadoras y euroescépticas en Europa Central y es visto como un éxito simbólico para los conservadores alineados con el presidente Donald Trump.
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Aunque el presidente en Polonia tiene un rol mayormente ceremonial, posee poderes clave como el veto legislativo. El actual gobierno de Tuskno cuenta con la mayoría parlamentaria suficiente para anular esos vetos, por lo que muchas de sus reformas, incluidas la liberalización del aborto, la legalización de uniones civiles y la reforma judicial están en riesgo.
El actual presidente saliente, Andrzej Duda, también afín al PiS, ya había bloqueado numerosas iniciativas del gobierno de Tusk, y se espera que Nawrocki adopte una postura aún más dura.
Durante la campaña, Nawrocki enmarcó la elección como un referéndum sobre el gobierno de Tusk, y su victoria ha revitalizado a PiS tras haber perdido el poder hace 18 meses.
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En contraste, Trzaskowski reconoció su derrota con un mensaje conciliador, aunque ninguno de los candidatos mostró intención de tender puentes hacia el otro sector político. La participación fue del 71,31%, un récord para una segunda vuelta presidencial, reflejando la alta polarización en el país.
Nawrocki ha prometido defender la soberanía polaca frente a la excesiva interferencia de Bruselas, oponiéndose tanto al »Green Deal» de la UE como a una mayor cesión de competencias a la Unión.
También rechaza el aborto legal, el reconocimiento de uniones del mismo sexo y la inmigración irregular. Aunque apoya la ayuda militar y humanitaria a Ucrania, duda que su ingreso a la UE o a la OTAN beneficie a la seguridad polaca en el contexto actual.
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Su victoria ha sido celebrada por líderes conservadores de la región, como Viktor Orbán en Hungría y Andrej Babis en Chequia, y podría tener repercusiones más amplias en la política europea. Desde el lado opuesto, la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, expresó su confianza en mantener una »buena cooperación» con Polonia.
La coalición gobernante liderada por Tusk, que incluye desde conservadores moderados hasta la izquierda, ya enfrenta tensiones internas en temas como el aborto. Este clima de enfrentamiento podría abrir espacio a fuerzas políticas emergentes, como la derechista Confederación, cuyo candidato Slawomir Mentzen quedó tercero en la primera vuelta. Aunque por ahora sus líderes descartan una alianza con PiS, ambos partidos compiten por el mismo electorado.