En el vertiginoso mundo del entretenimiento, donde los sueños de fama y reconocimiento pululan, existe una figura clave, a menudo invisible para el público masivo, pero fundamental en la concreción de proyectos audiovisuales y teatrales: el director de casting.
¿Cómo se percibe y se elige el talento? Esta es una pregunta central alrededor del trabajo de casting. Más allá de la formación académica y la experiencia, hay un factor crucial en la dirección de prueba: el ojo. Se trata de un ojo que se entrena con el tiempo. No es solo intuición pura, sino una intuición respaldada por años de «backup» y conocimiento del medio.
El proceso de casting es un trabajo de equipo; los directores de casting no operan en solitario. Colaboran para encontrar a las personas idóneas que den vida a los personajes. La búsqueda de talento se nutre de diversas fuentes: bases de datos propias, convocatorias abiertas, y lo que llamamos «búsquedas reales». Si bien antes los representantes jugaban un papel casi excluyente, el proceso se ha «democratizado», permitiendo que más actores lleguen por otras vías.
Al hablar de talento, podemos hablar del caso de Lali Espósito, a quien el público vio crecer desde niña. Es paradigmático de lo que se considera «talento puro», esa «luz» innata que parece poseer desde pequeña. Pero el talento no siempre se manifiesta de forma evidente en la primera instancia. Lali llegó a un casting sin agencia ni manager, un escenario que hoy sigue ocurriendo. Su persistencia, a pesar de la negativa inicial de su madre y de sentir frustración por no haber tenido que actuar en esa primera prueba, la llevó a quedar seleccionada para su primera serie.
Otro ejemplo fascinante es quienes llegan al casting con el personaje listo. No solo interpretan las líneas, sino que encargan el “physic rol”, la apariencia física y la actitud que se espera. Esto subraya un punto clave: a veces, lo que se busca es una conexión tan profunda con el personaje que la distinción entre actor y rol se desdibuja momentáneamente.
Pero ¿qué pasa con los más pequeños? El casting de niños presenta desafíos particulares. Existe la presencia de los «padres helicóptero», aquellos que sobrevuelan constantemente a sus hijos, proyectando sus propios deseos o frustraciones en la carrera incipiente de los niños. Idealmente, el niño que asiste a un casting debería «venir a divertirse». Es fundamental discernir si la pasión por actuar es genuina del niño o un impulso paterno. Afortunadamente, el marco legal ha evolucionado; existe una ley que protege al niño trabajador, estableciendo límites de horario (actualmente 4 horas) y asegurando que las escenas delicadas se graben de forma fragmentada («por corte») para resguardarlos.
El casting de la postpandemia. En la era postpandemia, una modalidad que se afianzó en Argentina y que ya era común en Estados Unidos es el «autocasting». Consiste en que el actor grabe su propia prueba en casa, siguiendo ciertas pautas técnicas como un fondo blanco, formato horizontal y un lugar silencioso. Si bien puede parecer una «fiaca» para los actores acostumbrados a la dinámica presencial, es una herramienta clave que deben dominar. Permite preseleccionar gran cantidad de material y es el primer filtro antes de un posible casting virtual o presencial. Para los que recién empiezan, practicar el autocasting en casa, incluso enviándolo a amigos, es una excelente forma de familiarizarse con los aspectos técnicos y estar preparados cuando llegue la oportunidad real.
Para quienes buscan abrirse camino en la actuación (o cualquier disciplina del entretenimiento) es importante saber cómo manejar la frustración. Después de prepararse, estudiar y dar lo mejor de sí, un «no» en un casting rara vez significa que el actor sea malo o bueno. Simplemente, «no eres lo que están buscando» para ese perfil específico. Entender esto es vital para la salud mental y la perseverancia en una carrera con tanta exposición y rechazo. El ejemplo del protagonista de la serie «Adolescencia» ilustra esto: él encajaba perfectamente con el personaje que se necesitaba, incluso si no respondía a un estereotipo superficial.
En definitiva, la percepción y elección del talento en el casting es un proceso complejo que mezcla la intuición entrenada con la experiencia, la comprensión profunda de los personajes, el conocimiento del medio y la capacidad de ver el potencial más allá de lo obvio. Para los actores, el camino exige formación, perseverancia, adaptabilidad a nuevas herramientas como el autocasting, y una fortaleza mental para entender que cada casting es una oportunidad, y cada «no» simplemente parte de la búsqueda de ese «sí» que encaje a la perfección. El talento está en Argentina, solo hay que saber buscarlo y darle las herramientas para mostrarse.
*Vanina Martorilli es directora de Casting Talent Producer y productora artística con 30 años de experiencia en la industria audiovisual.
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por Vanina Martorilli