El 9 de marzo, dos días antes del inicio del juicio por la muerte de Diego Maradona, las cámaras de seguridad de los tribunales de San Isidro registraron un video que cambió la historia del caso, que se ventila en debate oral que debió ser suspendido hasta el martes, para investigar si una de las juezas cometió irregularidades.
El juicio que investiga las circunstancias de la muerte de Diego Armando Maradona está envuelto en un escándalo mundial y pende de un hilo. Todo comenzó cuando las partes descubrieron que, desde el inicio del debate, había personas grabando un presunto documental clandestino. Todo se agravó cuando se conoció que quien había autorizado el ingreso de estas personas fue la jueza Julieta Makintach, una de las tres magistradas del juicio. Ella negó enfáticamente que detrás de todo haya un documental que podría valer millones. A raíz de esto se inició una causa penal, que da sus primeros resultados: se halló un video de la jueza ingresando a los tribunales con un equipo de grabación el domingo previo al inicio del debate.
El juicio comenzó el martes 11 de marzo pasado. Las imágenes que se encontraron corresponden al domingo anterior. Allí se ve a la magistrada, vestida de blanco, ingresando con otras personas con bolsos similares a los que se usan en grabaciones profesionales.
Además, la jueza los hace ingresar por el ascensor exclusivo para magistrados.
El tribunal oral que juzga a los imputados por la muerte de Diego Maradona está conformado por tres jueces. Maximiliano Savarino, que es quien dirige el debate, y las vocales Verónica Di Tomasso y Makintach.
La dirección del debate es fundamental y tiene un papel preponderante porque es, entre otras cosas, la persona que dirige los interrogatorios, analiza pruebas presentadas y demás. En este caso, quien llevó ese rol desde el inicio fue el juez Savarino.
La jueza Makintach no integra naturalmente este tribunal, sino que fue puesta, sin sorteo, para completar los tres magistrados necesarios. Nunca quedó del todo claro cómo fue la elección.
El jueves que se conoció el escándalo, cuando fiscales, abogados, imputados, periodistas y público en general entraron a la sala y notaron algo distinto. El juez Savarino pasó de dirigir el tribunal a ser vocal y la jueza Makintach tomó el rol de jueza coordinadora del debate. La única explicación fue que se trató de “una cuestión administrativa”.
“Nunca en mis 30 años de carrera vi que, en el medio de un juicio, quien dirige el tribunal se corra a vocal sin ninguna razón que lo fundamente. No existe. No está previsto en el código procesal. No se entiende por qué lo hicieron”, dijo uno de los integrantes del debate en contacto con la prensa.
Ante esta situación, la mayoría de los letrados alzaron sus manos para quejarse de la maniobra. El primero fue Burlando, que solicitó un cuarto intermedio para analizar la situación. Pero también fue sumamente enérgico Julio Rivas, abogado de Leopoldo Luque.
Rivas, acompañado por Vadim Mischanchuk, abogado de Agustina Cosachov, pidieron la recusación de la jueza por esa maniobra tan peculiar. Pero, además, fundamentaron su solicitud en otra cuestión: en dos misteriosas personas que estuvieron desde la primera audiencia en el debate oral, presuntamente, grabando muchas de las jornadas.
Rivas expuso que, en muchas de las audiencias más importantes del juicio, hubo dos o más personas que estuvieron grabando el juicio. Vale recordar, en este punto, que está terminantemente prohibido para cualquier periodista o medio de comunicación tomar imágenes de lo que pasa adentro. Por esto, se inició una denuncia penal para investigar lo sucedido.
Lo que aparece en ese expediente en el que se investiga a Makintach promete ser el mayor escándalo en la historia de la administración de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, en lo que va del siglo.