La increíble travesía de David Domínguez

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Resulta difícil encasillar a David Domínguez antes de su aventura en el lejano México. Actor, productor audiovisual, diseñador gráfico, especialista en Neuromarketing forman parte de su curriculum vitae. El catamarqueño por estos días se encuentra en suelo azteca dedicándose a la actuación en diversas series televisivas, pero hay una historia previa que merece ser contada.

David tiene 33 años y nació en San Fernando del Valle de Catamarca. Es padre de cuatro hijos y su vida en la provincia lo tenía vinculado al ambiente artístico y a la publicidad. Su cara había salido en avisos publicitarios de la Fiesta del Poncho y de la Universidad Nacional de Catamarca. También llegó a ser representante de artistas musicales. En el último tiempo estuvo desempeñándose en la Secretaría de Cultura y en el Instituto Nacional de Teatro.

“Quería trabajar en los medios”, le comentó a Revista Express en una conversación telefónica mantenida en una pausa de las grabaciones de The Box, un reality producido por Netflix. Desde julio del 2024 que se instaló en México.

“Por la necesidad, porque no llegaba a fin de mes, pensé en la idea de ir a México. Allí tengo un amigo en Tulum, a quien le va bien y me convenció para que viajara”, contó. Juntó sus ahorros y viajó hasta el Distrito Federal. La travesía fue larga. “Estaba en La Rioja y me fui a Mendoza. De ahí volé a Chile, en donde estuve dos días en un hostel. Luego llegué a Colombia y tras doce horas de escala viajé a México”.

No todo salió a la perfección. En pleno viaje perdió contacto con su amigo de Tulum, pero una vez más el destino le mostró una señal. “En el aeropuerto de Chile me encontré con Daniel Godoy, un catamarqueño que es programador y labura en México. Le conté la situación y me dijo “mi jefe te puede dar trabajo”. La fortuna de encontrarse con un comprovinciano en el poblado aeropuerto santiaguino no se terminó, ya que a poco tiempo de llegar a la capital mexicana consiguió trabajo en Microsoft hasta que le pasó lo inesperado.

“Comencé a trabajar para Microsoft y salía a las 7 de la tarde y cuando quiero ir a comer una hamburguesa veo una red carpet (la alfombra roja por la que suelen desfilar artistas y celebridades antes de alguna premiación). Se me acerca una mujer y me dice que me parezco a Gael García Bernal y me invita a pasar. Lo que pasó después fue increíble: me comenzaron a sacar fotos, se prendían las luces. Yo no tenía idea de qué era el evento y los productores me comenzaron a pedir mi contacto.

TV mexicana

Sin pensarlo, comenzó a hacerse camino en la televisión azteca. No pudo seguir con su trabajo en Microsoft, pero a los pocos días lo llamaron desde Televisa, uno de los gigantes de la televisión de ese país. “Me hablaron para hacer de extra y después hice un papel. Solamente que me pidieron que hiciera el papel con acento neutro”, explicó.

“El Ángel de Aurora” fue una telenovela que comenzó a emitirse en julio del 2024 y cuyo último capítulo fue transmitido en febrero último. Fue su primer paso en el mundo del espectáculo y de a poco comenzó a codearse con las estrellas de la TV mexicana.

También pasó por la serie de suspenso y drama policíaco “Juegos de amor y poder”, la cual está próxima a ser estrenada.

En diciembre del 2024 participó de “El juego del calamar 2”, la taquillera serie de Netflix, en la que Domínguez compartió una divertida anécdota. “Me dijeron que tenía que ir al estadio del Cruz Azul. Ahí tenía un lugar para mí, me dieron los trajes y comencé a sacarme fotos en el estadio, bajé al campo de juego y comencé a hacer un vivo, pero después me quisieron poner una multa por haber pisado el césped”, recordó entre risas.

El actor comenzó a ser convocado no sólo para apariciones en series, sino que fue contratado para publicidades. Una de ellas para las papas fritas “Sabritas”, conocidas como “Lays” en Argentina. “Fue un comercial muy marketinero y en el que nos pasábamos todo el día grabando”.

También pasó por “Enamorándonos”, en “La Jefa” y en un capítulo de la legendaria serie “La Rosa de Guadalupe”. También participó como panelista en el reality La Casa de los Famosos.

“Por Enamorándonos –un show en el que se observa cómo 24 personas se relacionan– me pararon en la calle y me pidieron fotos. En “La Jefa” estuve con Daniel Pacheco, el James o Colombia de El Marginal”. Ese recuerdo quedó retratado en una foto que compartió en su cuenta de Instagram.

Entusiasmado, sabe que le quedan sus últimos meses en México. Quiere volver a Argentina, para poder estar cerca de sus hijos y conseguir trabajo como actor. Por estos días se encuentra en la etapa de producción de “The Box”, un reality show de Netflix en el que deberá estar dentro de una caja por 36 horas mientras supera desafíos.

“Estoy bien aquí, comida no me falta, le puedo pasar plata a mis hijos, pero quiero volver antes de abril si es posible”, expresó.

David no olvida su origen catamarqueño y recuerda la provincia con nostalgia. Además, no olvida su cuota de suerte que le permitió inmiscuirse entre las celebridades de la televisión azteca. “Todo esto es nuevo para mí y aunque me sacan el teléfono en el set, yo quiero mostrar lo que puedo. También sé que hay gente que está estudiando para lograr aparecer en una novela y yo tuve suerte, pero sé que tengo chispa, estrella, ángel y eso me posiciona. Con el boca en boca es mucho más fácil”.

No todo fue color de rosas en la estadía mexicana para David. Desde la dificultad para adaptarse a una cultura diferente, su comida, el smog y un mal momento con la policía, fueron algunos de los sucesos que le tocó vivir.

“Una noche había salido a comprarme una lata de cerveza. Iba caminando y no había abierto la lata cuando fue que me rodearon policías y me dijeron que no podía tomar en la vía pública. Les mostré la lata cerrada, pero agarraron una lata cualquiera y me dijeron que esa había tomado. Me dijeron que me llevarían a conocer Torito (un centro de detención) pero que estaba a 1.200 pesos de la libertad. Como pude conseguí el dinero y me dejaron ir, pero antes me pegaron en la panza”, recordó con angustia. “Sentí un cagazo bárbaro”.

También se refirió a la altura sobre el nivel del mar y que los primeros días estornudaba hollín a causa del smog, tan característico del DF. “Las dos primeras semanas necesitaba asistencia con oxígeno”.

En el tramo final de la charla David agradece todo lo que le ha pasado, pero espera tener una posibilidad en Argentina. “Me tuve que ir del país. Nadie es profeta en su tierra, ya que aquí me cansé de golpear puertas, aún así creo que el destino me está queriendo decir algo. La energía me lleva a conocer mucha gente y llegar a nuevos lugares”, subrayó.

Texto: Pablo Vera

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