domingo, 2 de noviembre de 2025 01:23
Kim Peek
Es quizá el más famoso de los savants. Es quien inspiró el personaje de Dustin Hoffman en la película Rain Man. Peek no era autista. Nació con macrocefalia, un daño permanente del cerebelo y sin cuerpo calloso, las conexiones nerviosas entre los hemisferios del cerebro. Peek recordaba el 98 por ciento de los cerca de 12.000 libros que había leído. Podía leer simultáneamente dos páginas en ocho segundos usando cada ojo para leer una página distinta (algo imposible si hubiera tenido conectados ambos hemisferios cerebrales). Memorizaba los libros completos, reteniendo para siempre toda su información. Kim Peek consiguió adquirir una enorme cantidad de conocimiento que abarcaba diversos ámbitos, desde la geografía hasta la literatura, pasando por música, deportes, historia o filosofía. Kim era además un «GPS humano»: conocía de memoria todos los mapas y podía responder exactamente cómo llegar a cualquier lugar. Aunque no tenía conocimientos musicales, era capaz de reconocer el autor de miles de piezas musicales escuchando pocos segundos de una grabación. Tenía un calendario exacto de 10.000 años en la cabeza. Era una persona totalmente dependiente: apenas podía abrocharse la camisa por sí mismo, y vivió siempre al cuidado de su papá. Murió en 2009 a los 58 años. En el momento de su muerte se encontraron unos escritos que aún no han sido revelados.
Stephen Wiltshire
Wiltshire es un artista diagnosticado con autismo. Nació en Londres y es conocido por su habilidad para dibujar al detalle un monumento o paisaje después de haberlo visto tan sólo una vez. Wiltshire no hablaba, y a la edad de tres años fue diagnosticado como autista. El mismo año, su padre murió en un accidente de motocicleta. A los cinco años fue enviado a la escuela Queensmill de Londres, donde expresó su interés por el dibujo. Aunque no podía conversar con otras personas, comenzó a comunicarse a través de su arte. Sus maestros le animaron a dibujar, y con su ayuda Wiltshire aprendió a hablar a la edad de nueve años. Se hizo varias veces el experimento de hacerlo sobrevolar una ciudad en helicóptero, y luego Stephen dibujaba la ciudad completa, sin fallar ni siquiera en una ventana. Todo lo que ve una vez se le graba fotográficamente. El trabajo de Stephen ha sido objeto de numerosos documentales de televisión. El famoso neurólogo Oliver Sacks, ha descrito su caso en el capítulo «Prodigios» comprendido en su libro Un antropólogo en Marte. En 2006 el príncipe Carlos de Inglaterra le entregó la condecoración como Miembro de la Orden del Imperio Británico como reconocimiento a su labor en favor del arte. Ha hecho exposiciones y publicó numerosos libros con sus dibujos. Actualmente tiene 51 años y sigue viviendo en Londres.
Rüdiger Gamm
Nacido el 10 de julio de 1971, es un prodigio alemán del cálculo mental. Adquirió la capacidad de evaluar mentalmente grandes expresiones aritméticas recién a los 21 años. También puede hablar al revés y calcular calendarios. En cuanto al cálculo mental, el talento más notable de Rüdiger es su capacidad para memorizar grandes potencias. En su niñez, sus compañeros se burlaban de él o lo evitaban. Tanto bullyng le hacían que él mismo se consideraba un estudiante mediocre y declaró: “Era el peor de mi clase en matemáticas. Reprobé el examen seis veces y odiaba la escuela”. Gamm recuerda que, poco después de terminar sus estudios, escuchaba la radio y hacía cálculos junto a un campeón de matemáticas. Tras responder a los cálculos más rápido que el campeón, comenzó a entrenar su mente en el campo del cálculo mental y llegó a niveles extraordinarios. Puede hacer cálculos inmediatos y con una precisión superior a cualquier calculadora. Sin embargo, su caso genera algunas controversias, porque fue examinado por Allan Snyder, experto en personas con síndrome del sabio, quien sostiene que las espectaculares habilidades de Gamm no son en verdad resultado del síndrome del sabio, sino que están relacionadas con la genética. Si este experto tiene razón, el alemán no puede ser considerado un savant, aunque suele aparecer en informes vinculados con este fenómeno.
Daniel Tammet
Además de Síndrome de Ásperger tiene sinestesia y epilepsia. Como no tiene problemas de comunicación, su caso es revelador porque explica todo lo que le pasa y se sometió a numerosos exámenes. Con su elevado nivel de funcionalidad tiene una vida totalmente adaptada: tiene trabajo, y ha escrito su propia biografía: “Nacido en un día azul”. La experiencia de combinar números con colores o sensaciones está bien documentada en los casos de sinestesia, pero la capacidad mental que ha demostrado Tammet y su habilidad con las asociaciones que realiza es única. En su mente, cada número posee una única forma, color, textura y emoción. De forma intuitiva, Tammet puede «ver» los resultados de complejas operaciones matemáticas dentro de un paisaje que recrea su mente sin esfuerzo, pudiendo distinguir de un solo vistazo, por ejemplo, si un número es primo o compuesto. Memorizó el número Pi con 22.514 dígitos en una semana y lo recitó ante una audiencia durante cinco horas sin fallar ni un número. Muestra también una habilidad espectacular con los idiomas. Con motivo de la grabación de un documental sobre su vida, le pusieron un reto: aprender islandés, una de las lenguas más complejas del mundo, en una semana. Siete días después, apareció en la televisión islandesa conversando fluidamente en esa lengua. Además de islandés, habla perfectamente en otros once idiomas.
Derek Paravicini
Derek Paravicini es autista, además de ciego. Paravicini nació muy prematuramente, a las 25 semanas de gestación. Su ceguera fue causada por la terapia de oxígeno que recibió en la unidad de cuidados intensivos neonatales. Esto también afectó a su cerebro en desarrollo, lo que produjo su grave discapacidad de aprendizaje. Paravicini tiene oído absoluto, esto es, la capacidad de identificar cualquier nota musical en el acto, y puede reproducir cualquier pieza musical después de escucharla tan sólo una vez. Comenzó a tocar el piano solo a la edad de dos años, cuando su niñera le dio un viejo teclado. Sus padres decidieron intentar llevarlo a la escuela Linden Lodge para ciegos en Londres. En su primera visita al establecimiento, cuando detectó la sala de música se alejó de sus padres, luego se dirigió directamente a un piano donde estaba un maestro tocando, y empujó al intérprete, Adam Ockelford, para ponerse a tocar él. En lugar de molestarse, el maestro Ockelford lo alentó y le organizó primero clases semanalmente y luego lecciones diarias. A los siete años, Paravicini dio su primer concierto. Actualmente tiene 46 años y da conciertos por todo el mundo. En los últimos meses ha formado su propio cuarteto de Jazz con el que ha grabado un álbum y está realizando una gira.
