domingo, 2 de noviembre de 2025 01:23
Volver a empezar
Con euforias y decepciones a flor de piel por la reciente contienda electoral, Casa Rosada y las provincias reiniciaron las conversaciones, con un encuentro que dejó mucha tela para cortar y se prestó a varias interpretaciones. Para muchos, la convocatoria obedeció a la necesidad de que Javier Milei muestre a Estados Unidos que cuenta con consenso amplio para su plan, ya que una de las condiciones puestas sobre la mesa para el salvataje era el respaldo político. Para otros, fue una demostración de fuerza del gobierno libertario, y para los menos, un sincero intento de retomar la saludable vía del diálogo. Este último punto parece desarticulado de raíz, porque Nación ni siquiera invitó a todas las provincias. Como se sabe, no fueron llamadas a participar las provincias de Buenos Aires, gobernada por Axel Kicillof; la de La Rioja, bajo la órbita de Ricardo Quintela; la de Tierra del Fuego, gobernada por Gustavo Melella y de Formosa, por Gildo Insfrán. Sumadas las poblaciones de las cuatro provincias excluidas representan casi medio país, de modo que no puede esperarse un gesto integrador cuando la mitad del electorado queda afuera. Y es particularmente negativo porque no se trata de ausencias resueltas por esas provincias en un gesto de rebeldía, sino que directamente no fueron invitadas. Eso revela que no existe intención alguna de aflojar tensiones o buscar un proyecto común para todos los argentinos, sino que se opta por profundizar divisiones y enconos.
Presencias
Como fuere, 16 gobernadores asistieron y unas 20 provincias estuvieron representadas, en un encuentro del que trascendieron pocas precisiones. Las provincias reafirmaron su reclamo de recursos, de obras, de previsibilidad y presupuesto. Nación enfocó su interés en obtener respaldo para las reformas en carpeta, esto es, laboral, impositiva y previsional. En otras palabras, Milei llamó a los gobernadores pensando más en el Congreso que en las provincias, y en ello coincidieron todos los testigos, oficialistas y opositores. Como se esperaba, allí fue el catamarqueño Raúl Jalil, dialoguista de la primera hora, aunque en ningún caso se informó -más allá de expresiones de buena voluntad- que ninguna provincia haya asumido compromisos concretos. Los cálculos es que se verán forzadas a acompañar a Nación en sus proyectos, porque si esbozaron en la primera mitad del año algún poder de lucha, ese empuje se diluyó con el experimento de Provincias Unidas. Los mandatarios de Córdoba, Santa Fe, Jujuy, Entre Ríos, Corrientes y Chubut, fracasaron estrepitosamente en las urnas, y sin consistencia ni como oficialistas ni opositores, parecen condenados a bailar al ritmo que les imponga Casa Rosada, para lo cual tampoco dieron señales de querer resistirse. Los peronistas que ganaron sin identificarse como incondicionales K, como el tucumano Osvaldo Jaldo o Jalil, fueron bien recibidos, y en todo caso esperan que en esta etapa, si colaboran, ese apoyo se refleje de alguna manera concreta, hecho que no ocurrió en el arranque del mandato libertario.
Tendales de heridos
Pero el proceso electoral no se cierra automáticamente con el escrutinio, y eso se refleja en ganadores y perdedores, ambos enfrascados en sus conflictos internos. Por el lado de los libertarios, las diferencias detonaron rápido con sonoros cambios en el gabinete, comenzando por la salida de Guillermo Francos, el jefe que tres días antes había asegurado que no había razones para que dejara el cargo. Detrás suyo se fue el ministro del Interior Lisandro Catalán, que duró poco más de un mes en el cargo. Las sucesiones y reordenamientos recién comienzan, y está claro que no obedecen a cuestiones funcionales sino a la depuración de luchas de poder intestinas del partido violeta. Ni hablar del peronismo, donde Cristina Fernández de Kirchner reapareció sin eufemismos para culpar por la derrota a Kicillof y su desdoblamiento. Pero esta vez la conductora emérita del PJ tuvo muchos refutadores. Al parecer lo que dice ya no es recibido ni en el justicialismo como “palabra santa”, y decenas de intendentes bonaerenses salieron de inmediato a bancar a Axel y a desacreditar a la señora que escribe desde el famoso departamento de San José 1111. Nada nuevo bajo el sol, sólo un capítulo más de una batalla todavía sin resolución, pero que deberá encontrar un desenlace pronto si unos y otros no quieren que siga traduciéndose en derrotas.
Milanesas atragantadas
Muy molesto se lo vio a Mauricio Macri, que anunció con bombos y platillos que se reuniría con Milei, y se fue en silencio tras un cruce express. Hubo una invitación a comer milanesas, pero la cena parece que fue breve, pues poco después el expesidente se retiró de Olivos a bordo del auto en el que había llegado. Abordado por la prensa, no dijo nada. Llamó la atención que se retirara tan temprano, como así también el gesto adusto con que lo hizo. Según trascendió, Macri le habría reprochado a Milei durante la cena lo que hizo Patricia Bullrich, al retirar intempestivamente a sus diputados del bloque Pro, que queda notoriamente disminuido. Toda la jugada deja mal parado a Macri, que justo unos días antes intentó sacar pecho anunciando que irá con candidato propio en 2027, para quedar de inmediato muy debilitado.
Recuerdos
Aída Inés Villegas Herrera nació el 22 de julio de 1954 en la ciudad de Córdoba. Tuvo dos hermanos: Claudia y Jorge. Cuando ella era pequeña, junto a su familia se mudaron para vivir en Catamarca. Cursó la primaria en la Escuela “Bernardino Rivadavia” y la secundaria en la Escuela Normal “Clara J. Armstrong”. En el último año del secundario comenzó a participar políticamente en la Juventud Peronista. Tras la muerte de su madre, vivió con sus hermanos y su abuela. Fue la primera de los tres en irse a estudiar una carrera universitaria. Estudió la carrera de Psicología en Tucumán, donde se graduó y comenzó a ejercer su profesión. Fue secuestrada el 2 de noviembre de 1976 de su casa, en Tucumán, por personal del Ejercito. Días antes de su secuestro, estaba en los preparativos para exiliarse en Venezuela. Al cumplirse los 30 años del golpe militar, el Colegio de Psicólogos de Catamarca descubrió una placa con su nombre, en homenaje a psicólogos que fueron víctimas del terrorismo de Estado. Sus restos fueron hallados en el mes de mayo de 2025 por el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense en el Pozo de Vargas, Tucumán. Su familia recuperó los restos y e realizó una ceremonia en el cementerio municipal de Catamarca. Tenía al momento de su muerte apenas 22 años.
El Esquiú.com
